La sentencia del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la Comunidad Valenciana no sólo tendrá repercusión para los cerca de 1.700 trabajadores que se quedarán en la calle. Serán los más damnificados. Pero el impacto de la nulidad del ERE y la consiguiente decisión de bajar la persiana de Radio Televisión Valenciana (RTVV) también sacudirá con fuerza los cimientos de la Generalitat y del PPCV. Uno de los más afectados será José Císcar. El vicepresidente del Consell y máximo responsable provincial del PP en Alicante ha sido el encargado de gestionar todo el peso del procedimiento. Lo cocinó a fuego lento desde Presidencia, supervisó su evolución y siempre, siempre, defendió la legalidad del ERE. El TSJ, sin embargo, ha tirado por tierra casi todos sus argumentos.
Desde que el expediente se iniciara en julio de 2012, Císcar ha tenido que capear las críticas en multitud de ocasiones. En su condición de portavoz del Ejecutivo, viernes tras viernes se ha visto obligado a responder sobre él tras las sesi0nes plenarias del Consell. Sobre los 180.000 euros más IVA que se abonaron a la consultora PriceWaterhouse para que emitiera un informe sobre la viabilidad del ente público; sobre los 125.000 euros de dinero público que se pagaron poco después a Garrigues Abogados para elaborar un informe jurídico sobre cómo ejecutar el ERE; sobre qué pasaría si la Justicia terminaba por tumbar el expediente... Las preguntas fueron múltiples y variadas. Císcar nunca se escondió. Respondió a todas ellas y se convirtió, de manera involuntaria, en el altavoz del Consell para aclarar cualquier duda sobre el procedimiento de RTVV. Muchas de sus respuestas de entonces son las que le han acabado por golpear ahora. Císcar siempre negó irregularidades en la confección del ERE y alertó, aunque entre líneas, que si el TSJ anulaba el procedimiento, la sociedad cerraría. Así ha sido.
Los tres grupos parlamentarios de la oposición -PSPV, Compromís y EUPV- coincidieron ayer en señalarle como uno de los principales culpables de la desfeta de RTVV. Tales fueron las críticas que hasta tres dirigentes del PP quisieron mostrarle su apoyo de manera pública. Entre ellos, Alberto Fabra, que le ratificó en el cargo. Los otros dos fueron Jorge Bellver y Serafín Castellano. Pese a quedar «tocado» por el ERE, Fabra se ha apoyado en Císcar para salvar su distancia con Alfonso Rus. Será el que tenga que dar la cara ahora en las Cortes. Ayer, Císcar solicitó comparecer en la Cámara a petición propia para aclarar el porqué del cierre. Será, casi seguro, el próximo miércoles. Allí se convertirá, una vez más, en el blanco de las críticas.
