Por vez primera, el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, salió a campo abierto en Madrid para defender un tope de déficit "a la carta" que, en la práctica, le permita durante 2013 aliviar la dramática situación de las arcas autonómicas y disponer de mayor liquidez. Por ahora, sin embargo, sigue sin cubrir por completo su objetivo. Es cierto que Cristóbal Montoro está por la labor una vez que mañana Bruselas confirme la relajación de los objetivos de déficit para España que, en el caso de las autonomías, supondrá medio punto -unos cinco mil millones- de margen. Pero no hay un acuerdo cerrado para repartir ese dinero y, por tanto, el pulso continúa. Las tensiones internas de los barones del PP -citados ayer por Mariano Rajoy en Génova para tratar de poner orden en el gallinero- bloquean de momento el pacto del déficit y, de paso, impiden que la Generalitat pueda disponer de un balón de oxígeno con más aportaciones de dinero, al menos, durante el próximo mes, periodo en el que Montoro se aplicará para llegar a una posición común de las autonomías del PP.

A diferencia de otras ocasiones en las que optó por el silencio, Fabra se enfrentó al extremeño José Antonio Monago -líder de la rebelión junto a Madrid contra el déficit asimétrico- y alzó la voz para intentar dejar clara su postura sobre un asunto clave para el futuro de la Comunidad. Lo hizo a preguntas de los periodistas pero también durante el almuerzo que compartieron todos los mandatarios territoriales acompañados del propio Rajoy, de Montoro y de la cúpula del PP con Dolores de Cospedal y los tres vicesecretarios generales. Entre plato y plato de salmorejo, entrecot a la pimienta y postre de chocolate, Fabra desgranó su tesis de forma muy clara: tiene que haber un tope de déficit a la medida de cada autonomía de la misma manera que hay comunidades, como es el caso de la valenciana, que están discriminadas en el reparto del sistema de financiación. Cabe recordar que, de acuerdo con los últimos estudios, la Generalitat recibe cada año 1.000 millones menos que la media y arrastra una deuda histórica con el Estado de casi 13.500 millones.

Pero, además, el titular del Consell fue más allá y lanzó una advertencia a los mandatarios rebeldes que piden un déficit igual para todos: de imponerse esa medida, automáticamente, la Generalitat Valenciana reclamará un modelo de financiación, pendiente de reforma, que distribuya el dinero con una media similar para todo el mundo. Con ese sistema de reparto, por ejemplo y como Fabra se encargó de recordar, el Consell estaría en condiciones de cumplir mientras que Extremadura, a la cabeza de la revuelta, tendría un déficit de casi el 5%. Monago le respondió emplazándole a que se leyera los artículos de la Constitución que hablan de la igualdad entre los españoles. El titular de la Generalitat sólo encontró el respaldo del mallorquín José Ramón Bauzá y del murciano Ramón Luis Valcárcel. En una reunión del Consejo de Política Fiscal, la Generalitat contaría también con Cataluña, Andalucía y, quizá, Canarias. Al término del encuentro, Fabra habló, no obstante, en tono conciliador. "Mas allá de que la situación nos guste más a unos u otros lo importante es seguir trabajando en la reducción del déficit. Lo tenemos que hacer de la mano todos, no podemos estar discutiendo en un momento donde hemos pasado ya lo peor", subrayó el jefe del Consell.

Ahora, sin embargo, todo queda a expensas de una negociación bilateral que iniciará Montoro con todas y cada una de las comunidades autónomas. Y eso dilatará todo el proceso, como mínimo, durante otro mes. Un problema para la Comunidad que necesita saber el tope de déficit al que se tendrá que ajustar para determinar el volumen de los recortes que deberá afrontar; ingresar nuevas aportaciones del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA); y, finalmente, recibir autorización para endeudarse y cubrir los más de 2.000 millones que se excedió del tope de déficit en 2012. Este retraso, por tanto, no contribuye a conceder un respiro a la Generalitat. Todo lo contrario. Pese a todo, desde Presidencia, valoraron de forma positiva la reunión. De hecho, en el Gobierno de Fabra se quedan con la posición de Montoro, claramente a favor del déficit asimétrico; y dan por hecho de que, una vez que se cierren todos los contactos, podrán disponer de un déficit de entre el 1,5 y el 2%, lo que supondría el doble o incluso casi el triple del inicialmente marcado desde Madrid por orden de Bruselas.

"No estamos recibiendo lo que nos corresponde", denuncia Ximo Puig

Desde las filas socialistas, el secretario general del PSPV y diputado en Madrid, Ximo Puig, salió a replicar al presidente de Extremadura, José Antonio Monago, y, en la práctica, se alineó con la posición de Fabra. "El artículo 1 de la Constitución propugna como valor superior la igualdad, una igualdad que en el caso de los valencianos no se está dando, porque no estamos recibiendo la financiación que nos corresponde", informaron desde los socialistas valencianos al término de la reunión de la ejecutiva.