Suspenso sin paliativos de la gestión del Consell que dirige Alberto Fabra pero también de la oposición. Los datos del barómetro autonómico del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), elaborado entre septiembre y octubre de 2012 pero que fue hecho público ayer, revelan que un 88% de los valencianos califican la labor de la Generalitat, bajo mando del PP desde 1995, de regular a muy mala al tiempo que se ha extendido la sensación entre la ciudadanía, en un dato demoledor para Fabra, de que el Ejecutivo autonómico que preside hace dejación de funciones y ha aflojado en la defensa de los intereses de la Comunidad. Así lo piensan el 64% de los ciudadanos, que también identifica al Consell con falta de honradez y de eficacia. Enfrente, sin embargo, la percepción ciudadana apunta que no hay alternativa: sólo un 3,6% avala por completo la labor de los grupos de la oposición -Socialistas, Compromís y EU- en las Cortes.

Los datos del CIS, organismo que no realizaba un estudio de estas características desde hace tres años, revelan una notable preocupación por la crisis económica y política de la Comunidad al tiempo que certifican una profunda desafección y desconfianza de las recetas no sólo del Gobierno que ahora encabeza Alberto Fabra sino también de la oposición. Cabe tener en cuenta, además, que desde octubre -fecha de tabulación del sondeo- hasta ahora, Fabra ha tenido que afrontar cambios en su gobierno además del deterioro imparable de la situación financiera de la Generalitat. Los datos son demoledores. El 76% de los valencianos entiende que la situación política es mala o muy mala, porcentaje que se eleva hasta el 87% cuando se pregunta por el escenario económico. Y, encima, la visión que tiene la ciudadanía es que el impacto de la crisis institucional y financiera es mayor que en el resto de España, algo de lo que, de acuerdo a los datos del sondeo realizado a partir de 782 entrevistas -270 en la provincia de Alicante- con un grado de error del +/- 3,58%º, están convencidos nada menos que cuatro de cada diez valencianos.

Todo ello se traduce en una percepción muy negativa de la gestión del Ejecutivo autonómico. Desde las elecciones autonómicas de 2011 -Francisco Camps fue presidente durante apenas un mes tras los comicios antes de dimitir por el caso Gürtel y ceder el testigo a Alberto Fabra-, apenas un 9% avala por completo la labor del Consell mientras que un 64% considera que no defiende los intereses de la Comunidad; un 74% duda de la honradez del Gobierno valenciano; un 75% censura su eficacia en la gestión; un 61,8% cuestiona la capacidad de diálogo; e, incluso, un 52,9% cree que el Consell desconoce los problemas reales de los valencianos. Fabra ni siquiera ha logrado trasladar la imagen de que allana el camino para remontar el vuelo: el 71,8% de los ciudadanos cree que la Comunidad está poco o nada preparada para salir de la crisis.