La Generalitat Valenciana está aplicando en la provincia una receta prácticamente idéntica a la que tantos males de cabeza está aquejando al propio Consell. El Ejecutivo de Alberto Fabra, ahogado por las deudas y los impagos, culpa de su nefasta situación económica al modelo de financiación autonómica. Los populares valencianos y el resto de la oposición coinciden en que el actual sistema de reparto de fondos del Estado castiga a la Comunidad. ¿Por qué? Porque no reconoce a los más de cinco millones de ciudadanos censados en Alicante, Valencia y Castellón. Cada vez que a un dirigente del PP se le cuestiona por el déficit -la Generalitat despidió 2012 con un desfase presupuestario del 3,45% de su PIB, el porcentaje más alto de España y muy lejos del 1,5% exigido por el Gobierno central-, sale a relucir el tema de la infrafinanciación y el no reconocimiento de la población.

Pues bien, según los datos recabados por el Ministerio de Hacienda, la Generalitat está castigando a la provincia de Alicante del mismo modo que el Ejecutivo central lo está haciendo con ella. Concretamente, con los fondos de compensación interterritorial, un mecanismo creado en 1980 con el fin de corregir los desequilibrios entre municipios de una misma comunidad. Estas ayudas las concede el Estado a las autonomías y éstas las distribuyen a su libre albedrío a través de dos líneas: el Fondo de Compensación y el Complementario.

En la Comunidad, Alicante ha salido claramente perjudicada de la distribución que el Consell ha realizado de esos fondos. En los últimos cinco años, el Gobierno central ha inyectado 549,9 millones a las arcas de la Generalitat para dar cobertura a estos capítulos. Atendiendo a criterios poblacionales, a la provincia le habrían correspondido inversiones por valor de 207,8 millones de euros. Alicante tenía censados a 1 de enero 1.943.910 ciudadanos, un 37,8% del total de la Comunidad. Sin embargo, a lo largo del último lustro, las localidades alicantinas se han tenido que conformar con obras por valor de 158,4 millones. Es decir, se han invertido 49,4 millones menos de los que se tendrían que haber destinado teniendo en cuenta el número de habitantes. En términos porcentuales, la brecha alcanza los 9,1 puntos. Los fondos de compensación interterritorial sólo han dejado en la provincia el 28,7% del total de la Comunidad pese a que ese guarismo debería haber alcanzado el 37,8%.

Esa discriminación que ha sufrido Alicante contrasta con los datos de Castellón, la provincia de la que procede el actual presidente de la Generalitat, Alberto Fabra. Entre 2008 y 2012 se han acometido inversiones en los municipios castellonenses por valor de 125,7 millones a través de este mecanismo de ayudas. Castellón ha recibido el 22,8% del total de fondos con los que contó la Comunidad en ese periodo. Si se tienen en cuenta los criterios poblacionales, ese porcentaje tendría que haber sido del 11,78%. La provincia de Fabra, por ende, ha recibido el doble de lo que le habría correspondido.

Valencia, por su lado, se encuentra por debajo de la cantidad que debería haber percibido, aunque de manera muy leve. Contó con 261 millones en obras, el 47,5% del total de la Comunidad, pese a que su población representa el 50,3% en el territorio autonómico.

"La Generalitat vuelve a discriminar a Alicante"

El portavoz de Economía del PSPV en las Cortes, Julián López Milla, aseguró ayer que los datos del Ministerio de Hacienda "dejan en evidencia" al Consell de Alberto Fabra y sacan a la luz que la Generalitat "vuelve a discriminar a Alicante de manera patente". El parlamentario socialista lamentó que el Ejecutivo autonómico no tenga en cuenta ni la población ni la renta per cápita de los alicantinos a la hora de destinar más inversiones a través de los Fondos de Compensación Interterritorial. "A la hora de repartir los recursos, el Consell debería primar esas dos variables, pero no lo hace", afirmó. López recordó además que estas asignaciones se entregan a las comunidades para corregir desequilibrios, pero la Generalitat "obvia" ese fin. "Somos la provincia más pobre y, encima, se nos castiga", concluyó.