Frente a la fidelidad que Luis Díaz Alperi mantenía hacia la figura de Francisco Camps con el objetivo común de acabar con el poder de Joaquín Ripoll en Alicante, el exalcalde, por vez primera, ha entrado en movimientos contrarios a la dirección regional del PP, ahora encabezada por Alberto Fabra. Está alineado de forma clara con el grupo de diputados, con Ricardo Costa como cabeza más visible, que se ha quejado amargamente de que la dirección del PP evite la defensa de los parlamentarios imputados en investigaciones por corrupción y los deje a su suerte. Hasta el punto de que, como se recordará, Alperi intervino en una reciente reunión del grupo del PP en las Cortes para sumarse a las críticas contra la cúpula popular y contra el síndic en las Cortes, Jorge Bellver, decidido, por contra, a marcar otro camino en el grupo.

Un hemiciclo en el que, además y como recuerdan dirigentes del PP, Alperi tiene otro cabo suelto: su hija. Elisa Díaz Alperi tomó posesión hace unos meses de su escaño. Casi de inmediato, le pidió a Bellver que la integrara en el trabajo del grupo popular en las Cortes. Su perfil gusta en determinados sectores del PP. Destaca en cuestiones ambientales y, especialmente, en políticas de protección de los animales, un público al que los populares nunca han llegado. Pero, sin embargo, como señalan estas fuentes, la presencia de su padre en el hemiciclo le ha colocado -con intervenciones incluidas- entre los diputados que se quejan del trato a los imputados. Un paso atrás para ella.