Los datos de la deuda autonómica contabilizados por el Banco de España se convirtieron ayer en otro varapalo económico para la Comunidad. Durante el año 2012, la Generalitat volvió a batir todos los récords con un endeudamiento financiero que, al cierre del ejercicio, se situó en máximos históricos y que vuelve a evidenciar la crítica situación de las arcas del Consell. Con los datos actualizados hasta el 31 de diciembre de 2012, la Comunidad acumulaba una deuda de 29.437 millones -cerca de cinco billones de las antiguas pesetas y casi el 30% del PIB-, lo que supone que en sólo un año, el Ejecutivo de Alberto Fabra, rescatado por Rajoy y obligado a recurrir a préstamos con el aval del Estado para disponer de liquidez, sumó "números rojos" por importe de 8.133 millones, el incremento más importante registrado en la serie histórica tabulada por el Banco de España. Un nuevo síntoma que saca otra vez a debate la crítica situación financiera de la Comunidad: la Generalitat generó cada día durante 2012 una deuda de 22, 2 millones, el presupuesto, por ejemplo, del servicio de bomberos de la Diputación para todo un año.

Los datos colocan al Consell, nuevamente y después de sumar el impacto de los dos grandes fondos de rescate de 2012, en los puestos de cabeza de otra clasificación que revela, una vez más, el descontrol de las cuentas autonómicas. Una dependencia de la deuda acrecentada con la última reforma de la Constitución pactada por el PP y el PSOE que obliga a dar prioridad al pago a los bancos. En esta tesitura y con este volumen de "números rojos", la Generalitat tendrá, a lo largo de los próximos años, poco margen de maniobra: deberá concentrar su esfuerzo en cumplir con las entidades financieras mientras la "bola" sigue creciendo arrastrada por la caída de la actividad económica en una autonomía muy golpeada por la crisis.

Conforme a la cuenta del Banco de España, la Comunidad cerró 2012 con una deuda de 29.437 millones, un máximo histórico que coloca a la Generalitat como la segunda autonomía con más "agujero" en valores absolutos, únicamente superada por Cataluña. Es una cantidad astronómica que equivale nada menos que al presupuesto del Consell para dos años y medio y que supone el 29,3% del PIB, un ranquing que también lidera el Gobierno de Alberto Fabra. Durante el año 2012, la deuda creció en 8.133 millones -un aumento casi calcado al de Cataluña-, lo que supone que los "números rojos" autonómicos se dispararon a ritmo de 677,7 millones cada més, una cifra que asignada a una conselleria la convertiría en la cuarta con más presupuesto para todo un año; y de 22,2 millones -unos cuatro mil millones de las antiguas pesetas- cada día.

En el hipotético caso de que se organizara una colecta para saldar la deuda autonómica, cada valenciano tendría que poner de su bolsillo nada menos que 5.887 euros, unos 1.600 euros más de deuda per cápita que hace un año. Estos datos negativos se suman al varapalo que ha supuesto la desviación del déficit, también la más alta de toda España; o los más de 4.500 millones que, según la liquidación presupuestaria, aún estaban pendientes de pago del año 2012. ¿Y cómo se ha disparado la deuda justo en un año en el que la Generalitat metió la tijera y ejecutó recortes por más de dos mil millones de euros? La culpa, como confirmaron desde la Generalitat, tiene que ver con el rescate del Estado, préstamos que ahora deben retornarse con intereses: unos 4.500 millones del plan de pago a proveedores además de otros 3.000 del Fondo de Liquidez Autonómica. A eso se suman 572 millones, como confirmó ayer el vicepresidente José Císcar, de Feria Valencia, una decisión que ha reducido la deuda de las empresas públicas valencianas en unos 600 millones. El "número dos" de Fabra en el Ejecutivo autonómico, además, aprovechó para volver a insistir en que la discriminación que sufre la Comunidad en el reparto de la financiación -algo más de 1.000 millones anuales- tiene un notable impacto sobre la deuda.

Desde la Conselleria de Hacienda, en un comunicado, justificaron el incremento en la decisión de la Generalitat de invertir sus propios recursos para mantener a la Comunidad "como una autonomía competitiva y con los servicios básicos de educación, sanidad y bienestar". La caída de ingresos ordinarios, según apuntan desde el departamento que dirige Juan Carlos Moragues, y los problemas de financiación "agudizaron las cifras de déficit y deuda". "El aumento de la deuda refleja que la Generalitat se ha visto obligada a acogerse a los distintos mecanismos de financiación autonómica", concluye la conselleria.

Un informe sin fecha sobre la financiación y al margen de Rajoy

El vicepresidente de la Generalitat, José Císcar, dejó claro ayer, durante su habitual comparecencia semanal posterior al pleno del Consell, que la petición de un informe a la comisión de expertos económicos que han ganado los premios Jaume I es una operación para intentar ganar tiempo. Y todo ello mientras el presidente Alberto Fabra sigue callando en Madrid. Ni hay fecha marcada para la elaboración del documento por una comisión en la que no hay ni un especialista en financiación autonómica; ni se ha pedido opinión al Gobierno; ni tampoco se ha hablado con Rajoy para abordar la cuestión. "El informe nos debe servir para defender mucho mejor nuestra posición en este debate", se justificó el vicepresidente José Císcar a preguntas de los periodistas sobre el tema. P. r. f.