Algo se empieza a mover en el PP. Aún de forma tímida. Pero, al menos sobre el papel, un grupo de cargos públicos del PP, en su mayoría jóvenes alcaldes y dirigentes locales cercanos a Alberto Fabra, han decidido dar un paso adelante e intentar evitar que el vendaval de la corrupción y de la crisis, situación que amenaza con arruinar la hegemonía electoral que el PP mantiene desde 1995, les sobrepase. Piden "regeneración" como vía para hacer frente a las investigaciones por corrupción y "apertura" para sacar a la formación del atolladero en sintonía con el proyecto del presidente de la Generalitat, Alberto Fabra. Como cabeza visible, en la provincia de Alicante destaca la figura de César Sánchez, alcalde de Calp y número tres del PP en la Comunidad: "Es un problema muy grave y lo tenemos que resolver", señaló el dirigente popular.

De alguna manera y después de años de descontrol en el cobro de cuotas, de censos hinchados y de "ordeno y mando" en la confección de las candidaturas electorales, el PP le empieza a ver las orejas al lobo. Y los más jóvenes quieren intentar "salvar" el barco popular de un posible naufragio. O, como mínimo, minimizar el impacto. Los papeles de Bárcenas, un síntoma de las formas con las que se ha gestionado el PP en las tres últimas décadas, se han convertido en un aldabonazo. La mayor parte de las agrupaciones nunca ha pasado la cuota a sus afiliados y algunas de ellas guardan contabilidades que más que opacas son un punto tenebrosas. Balances paralelos para evitar cualquier fiscalización, como adelantó este periódico la semana pasada. La dirección provincial del PP quiere acabar con la barra libre de afiliaciones y, a cada pueblo que acude, reclama que las agrupaciones se pongan al día con las cuotas y empiecen a llenar la hucha. Pero además, según fuentes populares, la ejecutiva que dirige José Císcar trabaja ya en fórmulas para poner coto al descontrol en las finanzas de las juntas locales. Una situación que, en gran medida, se atribuye a la herencia recibida de los anteriores mandatarios populares.

Para el vicesecretario general del PPCV y alcalde de Calp, César Sánchez, la clave pasa por despejar dudas sobre la financiación de los partidos. "Los sindicatos y los grupos políticos no pueden nutrirse de subvenciones. Deben financiarse de las cuotas de los afiliados y de aportaciones reguladas y transparentes", planteó ayer Sánchez. El número tres de Fabra en el PP considera que ahora, cuando el PP está acosado por la corrupción, hay que llevar hasta el final el debate de la "regeneración" con un cambio en el sistema electoral. "Tenemos que avanzar hacia un modelo de listas abiertas o al menos mixtas", dijo Sánchez, que abogó por limitar los mandatos tanto de alcaldes como de presidentes autonómicos y del Gobierno a ocho años. La otra pata de ese plan para recuperar la confianza en la política es la de evitar que los juicios contra los cargos públicos imputados se eternicen. El número tres del PPCV proponen "juicios exprés" para aclarar pronto si ha habido corrupción y para no pervertir lo que significa una imputación, "que es una garantía procesal, pero que si pasa el tiempo se puede convertir en una condena pública".

"Las líneas rojas están muy claras y ya las ha marcado Fabra"

El portavoz del PP en las Cortes, Jorge Bellver, defendió ayer que "nadie, nunca, ha sido tan contundente con los casos judiciales y a la vez tan respetuoso con la presunción de inocencia" como el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra. Bellver señaló que "las líneas rojas" en el Partido Popular y las instituciones donde gobiernan o tienen representación "están claras y han sido definidas con el máximo rigor y exigencia" por el presidente Fabra. "Nuestro presidente ha marcado esas líneas en favor de la transparencia y la honorabilidad de la política, y nadie, hasta ahora, ha sido más valiente ni más claro", manifestó Jorge Bellver, para quien los socialistas "intentan dar lecciones, pero ni se las saben ni se las aplican". europa press