¿Por qué era necesario crear un Instituto de Física en la Universidad de Alicante?

La Física es una de las líneas de investigación más antiguas de la Universidad de Alicante, por no decir la primera. De hecho, las tres primeras tesis que se hicieron en el entonces Centro de Estudios Universitarios eran de Física porque su director era Justo Oliva, que era físico, y el Laboratorio de Óptica, del cual nosotros somos un poco los herederos, se fundó en el año 1968. Luego, con el paso de los años, hemos conseguido una masa crítica suficiente de físicos para poder tener un instituto. En este sentido, había una serie de grupos de investigación independientes y se me ocurrió la idea de intentar aglutinarlos a todos en un instituto para ver si conseguíamos más cosas. De hecho, en la solicitud original había 40 doctores y ahora mismo somos unos 50. El 80% de los físicos de la Universidad de Alicante están en el instituto.

¿Cuál le gustaría que fuera el resultado de esa suma de trabajo y de investigadores?

La idea es que, al estar en un centro común para todos, tenemos más posibilidades de solicitar proyectos. También hay otra preocupación que tenemos todos y que podemos mejorar, como es el problema de la innovación educativa, sobre todo en el campo de la enseñanza de la Física. Cada vez hay menos estudiantes de Física y, en general, de Ciencias. Por eso, a través de campañas de divulgación científica, podemos trabajar para que los jóvenes sepan que la Ciencia es fundamental. En los últimos diez años ha bajado el 40% el número de estudiantes de Ciencias y llegará un momento en el que, a lo mejor, tendremos que importar investigadores. Por eso, queremos poner nuestro grano de arena a base de conferencias o visitas a institutos.

¿El hecho de no contar con una titulación de Física puede suponer un obstáculo en el desarrollo de este instituto?

Puede ser y no puede ser, ya que, por un lado, es más difícil conseguir físicos que hagan el doctorado, pero, por otro, como su nombre indica, es un Instituto de Física Aplicada a las Ciencias y las Tecnologías, es decir, no se trata de estudiar Física pura, sino aplicada en otros campos, como otras ciencias experimentales, ciencias de la salud, ciencias de la educación, Ingeniería o Arquitectura. Por tanto, la idea es intentar captar doctorandos y estudiantes de otras titulaciones.

¿La titulación es una de las asignaturas pendientes de esta Universidad?

Bueno, puesto que hay Matemáticas, Biología, Geología y Química, se podría cerrar el círculo con Física, pero habría que hacer una titulación racional a la que el alumno le pudiera dar cierta aplicación. A los jóvenes les cuesta mucho estudiar una carrera de Ciencias si no le ven cierta aplicación. Quizás el problema es que a veces no sabemos explicar bien a los estudiantes qué es la Física, para qué sirve, qué es lo que hacemos y las salidas que puede tener.

¿Y para qué sirve la Física?

La Física está detrás de todos los avances tecnológicos, detrás del transistor y las ondas de radio, de los escáneres que leen los códigos de barras en los supermercados o de los puentes. La Física es el sustrato de la mayor parte de las tecnologías que utilizamos, e incluso de las venideras, con independencia de que, además de esa cuestión aplicada, está el hecho de conocer cómo funciona el Universo o las partículas elementales, por ejemplo. De hecho, Tipler decía que la Física es la ciencia de lo exótico y de la vida cotidiana, porque explica los agujeros negros o las nebulosas, pero también la estructura de un edificio o la transmisión del calor. Con la Física se puede disfrutar, pero el problema es que los profesores y los investigadores muchas veces no sabemos transmitir a los estudiantes esa posibilidad de divertirse con la Física. Es más, en ocasiones, nos liamos con fórmulas matemáticas, y no sabemos enseñarles todo lo que ha aportado la Física a la vida cotidiana.

Otro de los objetivos del instituto es intentar que la sociedad en general sea consciente de la importancia de la Física. ¿Cómo se le puede convencer?

Quizás habría que empezar desde abajo, desde la escuela, incluyendo una parte que llame más la atención de los estudiantes, aunque no es fácil. El problema es que la sociedad española ha vivido bastante de espaldas a la Ciencia española, y la Ciencia, a su vez, ha vivido también de espaldas a la sociedad. En otros países, como Alemania o Francia, la gente conoce a los científicos. Sin embargo, en España se piensa que sólo es culto el que tiene un bagaje literario o de arte, pero no es necesario tener conocimientos de Ciencias.

¿A qué responde esta relación?

En España siempre ha habido un cierto divorcio entre la sociedad y la Ciencia, quizás porque hasta principios del siglo XX los avances científicos se hacían en otros países y se vivía de lo que inventaban otros. No obstante, en los últimos años se ha avanzado mucho y estamos al nivel de los países más importantes del mundo, pero falta que la sociedad sea consciente de eso.

¿El número de premios Nobel que han recaído en España se puede tomar como referencia para medir el nivel de las investigaciones que se hacen aquí?

Si no hay muchos premios Nobel es que ha habido pocos nominados. Para un español que ha destacado cada 15 ó 20 años, ha habido cien estadounidenses. En los primeros años del siglo XX eran siempre para los alemanes y después de la Guerra Mundial, para los americanos, y eso significa que son economías fuertes que invierten mucho en investigación y desarrollo. A eso se suma el hecho de que aquí el investigador que empieza es un precario, un mileurista, si es que llega.