¿Cuál es la misión de un secretario general en la Universidad?

Es el fedatario de los actos y acuerdos de la Universidad. Vendría a hacer un poco lo que haría el notario respecto a los actos y documentos privados, pero en este caso relacionados con la Universidad. Entonces, el secretario general es el que levanta las actas de los órganos colegiados, y el que expide certificaciones de todos los actos y acuerdos. Además, dirijo el Registro General, custodio el Archivo, y tengo que velar por el cumplimiento de las normas, los actos y las resoluciones y garantizar su publicidad. También me corresponde la elaboración de la memoria general.

- Siempre se dice que los notarios viven muy bien. ¿Se mantiene esa máxima para la secretaria general de la UA?

Bueno, creo que siempre se dice que viven muy bien porque cobran muy bien, pero aquí el secretario general tiene exactamente la misma consideración y los mismos complementos que un vicerrector, con lo cual vivo igual de bien o igual de mal que los vicerrectores.

- Y, al igual que los vicerrectores, está exenta de la docenciaÉ

Sí, al principio, me planteé llevar las dos cosas, pero me di cuenta de que, salvo que diera las clases por la tarde a horas intempestivas, era muy difícil, y más porque tengo dos niños pequeños. No obstante, voy echándolo de menos, sobre todo porque tengo clarísimo que esto es algo circunstancial y que mi sitio es la Facultad de Derecho, y mi carrera, la académica. De hecho, en el segundo cuatrimestre voy a volver a dar clase de Derecho Concursal.

- ¿Qué le aportan las aulas a un profesor universitario?

Las clases dan dinamismo a tu vida y los alumnos, con las cuestiones que te plantean, te hacen tener ilusión por seguir aprendiendo. La formación continua tiene que estar presente en todas las profesiones, pero especialmente en la de profesor universitario, aunque sea sólo por las nuevas tecnologías.

¿Qué repercusión puede tener el hecho de haber sido nombrada presidenta de la Conferencia de Archiveros de Universidades?

Es una labor adicional, porque la CAU es un grupo de trabajo permanente que goza de mucho dinamismo y vitalidad. Por ejemplo, ahora se está prestando muchísima atención, y creo que así debe ser, al tema de la administración electrónica. Las universidades, como todas las administraciones en general, tenemos que adaptarnos a la ley de acceso de los ciudadanos a la administración electrónica y es importante que, en la medida en que desaparecerá el documento en papel, se clasifique bien la documentación electrónica y que se asegure su conservación.

- ¿Qué papel van a jugar los archiveros en esa administración electrónica?

Tienen un papel muy importante, ya que los archiveros conocen la documentación desde el momento en que se genera hasta el final. Por eso, con la administración electrónica, hay que olvidar el papel del archivero como esa persona que está entre los legajos y el polvo, y hay que darle una visión mucho más moderna, que es la que le corresponde.

- ¿En qué momento se encuentra la Universidad de Alicante en lo que a administración electrónica se refiere?

Llevamos tiempo analizando cuál sería la plataforma idónea de la que tiene que partir la administración electrónica y qué procedimientos se podrían implantar. De todas formas, creemos que no es necesario correr y ser los primeros porque éste es un tema trascendental y hay que dar pasos firmes y seguros. Salvo las universidades andaluzas y catalanas, que han tenido un suplemento presupuestario muy importante, el resto de universidades nos encontramos en la misma situación.

- ¿Y cuándo será una realidad en Alicante?

Me resultaría complicado avanzar para cuándo puede ser una realidad. No sé si será cuestión de uno o de dos años. De hecho, la ley dice que se tiene que implantar en diciembre de 2009, pero establece excepciones por cuestiones presupuestarias.

- Si hubiera que valorar el estado de salud de la Universidad por el número de reclamaciones, ¿cuál sería su diagnóstico?

La Universidad de Alicante está en un buen momento y, como en cualquier otra institución, se producen reclamaciones, pero ni más ni menos que en cualquier otra universidad, y ninguna tiene carácter extraordinario, sino que entran todas dentro de lo que es la normalidad de la vida académica. Por ejemplo, ahora la gente se queja mucho de que no hay sitio para aparcar, pero ése un problema que tienen ésta y otras universidades, pero también la ciudad, y no es un queja que se me dirija a mí.