E l largo capítulo de deficiencias que presenta la sanidad en el Alto y Medio Vinalopó se incrementa día a día. A listas de espera de hasta doce días para ser atendido por el médico de cabecera en Elda o Petrer, la falta de epidural en el Hospital Virgen de la Salud los fines de semana o la avería en el aparato que realiza las mamografías a mujeres de 17 municipios de la comarca, se le une ahora la supresión del hematólogo que controla a los pacientes que toman sintrom en Villena. Este medicamento facilita la buena circulación y se usa en pacientes que hayan sufrido o tengan riesgo de trombosis o embolias y a las que lleven implantadas válvulas artificiales en el corazón. En Villena hay unas 300 personas afectadas por una decisión de Sanidad que ha creado controversia entre los usuarios, que no entienden muy bien a qué viene tanto ahorro, aunque Sanidad no habla de ahorro sino de descentralizar la atención de los pacientes. Los ejemplos de austeridad deberían aplicárselos también otras administraciones, por ejemplo la prudente alcaldesa Lledó, que según el PSOE, se ha gastado 60.000 euros en reformar su despacho. Al menos es de esperar que haya quedado a su gusto, porque ya saben cómo son algunas personas de maniáticas con la decoración. De todas formas, hay veces que por más reformas que haces el resultado no es satisfactorio... Pero volviendo al sintrom, seguro que los médicos de cabecera están capacitados, aunque quizá lo que más alarma a los enfermos son los constantes cambios de estos facultativos en los centros de salud. En definitiva, una medida impopular.