Decía Lincoln que se puede engañar a muchos durante poco tiempo o a pocos durante mucho tiempo, pero que es imposible engañar a muchos durante todo el tiempo. Pues bien, el PP, que tan fielmente sigue las indicaciones del actual presidente de los EE UU, ha hecho caso omiso de la advertencia de quien sí supo desempeñar con dignidad y acierto ese alto cargo. Primero engañó a muchos con el trasvase del Ebro durante poco tiempo, hasta que las promesas que lo acompañaban (la protección del delta del Ebro, la preservación del caudal ecológico del río o la ejecución previa del Pacto del Agua en Aragón); se demostraron incompatibles con el trasvase, razón por la que su derogación fue apoyada por todos los partidos políticos, excepto el PP, obteniendo así más respaldo que su aprobación. Después, ha engañado a valencianos y murcianos, afirmando que haría el trasvase, mientras engañaba a los aragoneses promoviendo el blindaje del Ebro. Demasiados engaños durante demasiado tiempo, con los que el PP valenciano ha perdido toda su credibilidad.

Estos últimos días, previos a hacerse público el programa electoral del Partido Popular, he tenido la sensación de "dejà vu" al escuchar a Camps y González Pons asegurar que el trasvase del Ebro figuraría en su programa, mientras eran conocedores de que su partido hacía tiempo que había renunciado a ejecutarlo. Me parecía estar viviendo la situación de los días previos a las elecciones del 14 de marzo de 2004 y me indignaba que se volviera a despreciar, con la misma ligereza, la inteligencia de los ciudadanos, ya que, a medida que el PP daba pistas claras de su renuncia al trasvase, Camps y González Pons declaraban con más firmeza lo contrario.

La primera pista la ofreció el PP cuando modificó una enmienda, que había presentado en el Congreso de los Diputados a los Presupuestos Generales del Estado para 2008. En ella solicitaba que se asignaran 600 millones de euros a la construcción del trasvase del Ebro y, antes de que se votara, la cambió para solicitar que el dinero se asignara a la construcción del trasvase Júcar-Vinalopó, a pesar de que éste ya tenía su correspondiente consignación presupuestaria. El PP valenciano, intentando tapar lo sucedido, afirmó que la presentación de la enmienda había sido un error, excusa con la que, paradójicamente, venía a decir que el PP nunca había tenido intención de defender el trasvase del Ebro.

La segunda pista fue la orden de Rajoy para que el PP retirara la enmienda que había presentado, en el Senado, también a los Presupuestos Generales del Estado de este año. En ella se pedía la reincorporación del trasvase del Ebro al PHN y los votos populares eran suficientes para que se hubiera aprobado. Su retirada, el día anterior a la visita de Rajoy a la Comunidad Valenciana, recién nombrado candidato a la Presidencia del Gobierno, no fue criticada por ningún senador popular valenciano, demostrando que la decisión de renunciar al trasvase ya estaba tomada y era unánime. Finalmente, el PP negó el trasvase una tercera vez, al no incluirlo en las líneas principales de su programa, por lo que su ausencia en el programa definitivo no es más que la lógica confirmación de una muerte anunciada.

El PP ha representado, con el trasvase del Ebro, un mal sainete, grotesco pero sin gracia, porque el tema es suficientemente serio como para haber merecido una actuación de más altura moral y política. En este sainete, Camps nos ha asignado a los valencianos el peor papel, ya que no sólo nos ha engañado, sino que nos ha hecho pagar la factura del engaño, porque las manifestaciones, las actividades de la Fundación Agua y Progreso y las campañas publicitarias, que subían de tono a medida que bajaba el interés del PP por el trasvase, las ha pagado la Generalitat, con el dinero de los valencianos.

El intento de González Pons de seguir alimentando el engaño, declarando "encabezo la lista del PP con la certeza de que el Plan Hidrológico Nacional completo está en el programa de mi partido" indica que todavía piensa que es posible seguir engañando a unos pocos, durante algo más de tiempo. Y así parece pensarlo también Camps, recurriendo al silencio. Por ello, confío en que los valencianos sabrán defender su dignidad y, aplicando el lema de la última campaña a favor del trasvase, le dejen claro que es "de sentido común" no volver a confiar en quien te ha mentido, sobre todo si demuestra que pretende seguir haciéndolo.

Francesc Signes i Núñez es portavoz socialista de Medio Ambiente, Agua, Urbanismo y Vivienda en las Corts Valencianes.