Se acaban de cumplir nada menos que cuarenta y dos años de la fundación de Tauro Club. Fue la cosa a finales de enero de 1966 , en un salón del desaparecido Hotel Palas, con ocasión de la presentación del cartel de un festival a beneficio del Asilo de Ancianos de Benalúa. Generosamente organizado -corría con todos los gastos y aportaba beneficios aunque la taquilla no los reflejara?-Francisco Pastor Peris, un valenciano con sentidas notas de sana alicantinidad. Allí se acordó reunirse el primer sábado de cada mes para bien comer, sencillo menú y sencillo precio, y hablar, esencialmente, de toros y toreo. Y de cualquier otro asunto que se terciara. Así lo acordaron Fernando Claramunt, médico jefe de la enfermería de la plaza de toros, Francisco Muñoz Buades. Ambos habían ejercido, con notable acierto, como presidentes del Club Taurino de Alicante, Antonio Ruiz Belda "Toñuelo", tanta cálida cortesía, Monsieur Buayard, un oranés de largas invernadas en la "terreta", Pastor Peris y el arriba firmante, crítico taurino en Radio Popular por entonces. El cartel presentado lo compusieron Rafael Vega "Gitanillo de Triana", "Pacorro", Curro Romero, Héctor Álvarez y "El Inclusero", a punto de su alternativa, con novillos de Herráiz de Urquijo. Rejoneó Pastor Peris.

Siguiendo con la herencia de sus fundadores, la inamovible devoción por el toro, sin que ello denote menosprecio por el torero, antes bien reconociendo la valía del arte de limpias claridades, Tauro Club continúa con el sencillo organigrama de sus orígenes. No es una institución oficializada en registro asociativo alguno. Carece de estatutos, de junta directiva, así como del pago de cuotas. Un moderador y un regidor, encargado éste del orden del día de cada convocatoria. Todo así de sencillo. Así de eficaz y permanente. Su primer trofeo se adjudicó al toro "Jacaroso", del Marqués de Domecq, lidiado por Miguel Báez "Litri" el 26 de junio e 1966. El cartel lo completaron Antonio Ordóñez y "El Inclusero". Todavía había toros, no pocos, que, como el premiado, tomaban tres varas en regla, requisito "sine qua non" se podía premiar un toro. Así, los primeros toros premiados tomaron una terna de puyazos. Desde Miura a Palha, pasando por Juan Pedro padre y Victorino, han compartido charla, convivencia, mesa y mantel con los contertulios.

Con el paso del tiempo, conforme fue reduciéndose el castigo al toro y se iba toreando "mejor que nunca", hubo que reducir la exigencia de las tres sangrías y dejarlo al menos en un par. De ahí que en esos cuarenta y dos años de comprometida existencia en la devoción por el toro, Tauro Club únicamente haya otorgado CATORCE trofeos, además de uno especial a Palha por el conjunto del encierro, en 2005. Con la moderación de Paco Llorca, buen doctor en tantas cosas además de su médica profesión, y la regiduría de Gabriel Soler hijo, sabia herencia filial, en la presente edición se ha premiado al toro "Belho", de Palha, lidiado la tarde del pasado 18 de junio por Juan Bautista. Miura con tres trofeos, Juan Pedro Domecq con cuatro y Palha con dos, destacan en la ajustada lista de premiados.

Y se nos mete febrero con la "derechona" y la "izquierdona" dentelleándose la política yugular. Menudo, espectáculo de despropósitos. Y ni se les ocurre, ni de lejos, atreverse a proponer cambios en esa malhadada ley electoral que nos oprime. En tanto que buscó celestiales patrias José Torregrosa, que fuera paciente y eficaz conserje de la plaza de toros de Alicante. Aquel "Xiquet" diligente colaborador de Alfonso Guixot. Y Tauro Club, esa devoción inmarcesible por el toro. Cuarenta y dos años lo contemplan. Alicante. Febrero.