Buena parte de las señales de tráfico de la ciudad presentan un estado lamentable. Algunas están rotas, otras tapadas por árboles y muchas pintadas, como por ejemplo la que se aprecia en la fotografía. Algún vándalo se ha cebado con ella y además la ha doblado. Pese a todo, queda claro que es de ceda el paso. La señal, en la calle Artilleros, además parece haber sido utilizada como panel en el que pegar pegatinas.

Los peatones que paseen estos días por la calle Flor se encontrarán con un cuadro eléctrico tirado por los suelos. Éste ha sido arrancado del piso y supone un verdadero peligro para los pequeños que puedan pasar cerca de él, puesto que se aprecian cables sueltos. Además, y para colmo, ha sufrido las tan temidas pintadas de los graffiteros. Y es que a día de hoy resulta verdaderamente difícil pasear por la calle y no encontrar ni una sola de estas firmas tan poco agradables.

Algunos vecinos de Benalúa han denunciado a este diario que todos los días hay decenas de coches aparcados en los pasos de peatones del barrio. Al margen de no poder pasar por ellos, los residentes aseguran que los vehículos mal estacionados reducen la visibilidad del resto de turismos en los cruces y suponen todo un peligro.