L a historia se repite 10 años después. La primera fue con el señor Aznar en el Gobierno de la nación donde prometió vender-privatizar la Red Aeroportuaria Española AENA, con el argumento de subsanar el déficit público y mejorar la gestión aeroportuaria mediante la iniciativa privada. Pero el señor Aznar no decía cómo la iniciativa privada iba a mantener el nivel inversor tan necesario en aeropuertos para poder prestar un servicio de calidad y garantía al conjunto de la sociedad española y al resto de los usuarios del transporte aéreo: unos ciento ochenta millones de pasajeros en su conjunto, año dos mil seis, pero eso al PP qué más le daba.

Pues bien, el pasado día 1 de noviembre, el señor Rajoy, ante toda la cúpula empresarial catalana buscando el voto de la misma y a su vez del resto de los ciudadanos (que como todos sabemos están bien cabreados dada la situación actual de sus medios de transporte);, va y repite la misma historia pero esta vez con más malas artes, y ni corto ni perezoso promete desmantelar la red aeroportuaria de AENA y privatizar la misma, en caso de llegar a la Moncloa, en los cuatro primeros meses de su mandato. De esta manera a unos les entrega en bandeja el Aeropuerto de El Prat y al resto les vende la moto, pero el señor Rajoy no debió de acordarse de que en este país llamado España, existen comunidades autónomas gobernadas por partidos de diferentes signos políticos al que él representa, de que existen organizaciones sindicales de clase y que también existen cerca de diez mil empleados que tiene AENA -que seguramente algo tienen que decir al respecto, como ya lo dijimos en la época de su antecesor señor Aznar-, cada día es más difícil el venderles la moto al electorado español y en este caso, especialmente al catalán.

Pero claro, el talante del señor Rajoy no le permite decir la verdad de la moto que quiere vendernos ni ver la diferencia que existe entre acordar, negociar o pactar. Lo que sí ve con claridad es el conformar a una clase empresarial que sólo busca la rentabilidad económica a cambio de un puñado de votos.

Todo esto a costa de desmantelar un servicio público como es la entidad pública empresarial de AENA, la cual agrupa en su red al conjunto de Aeropuertos del Estado y la Navegación Aérea de ese conjunto de aeropuertos, donde unos pocos por su volumen de tráfico y pasajeros son rentables económicamente y el resto son deficitarios, pero los beneficios de los más rentables mantienen a los otros deficitarios con el mismo nivel de prestaciones y seguridad que los demás, y lo más importante, sin que esa situación le cueste un solo euro a las arcas públicas, porque los beneficios generados permite el nivel de inversión necesaria en todo momento y su amortización a corto y medio plazo. Pero son esos beneficios los que busca la parte empresarial y no la mejora en la gestión como nos quieren vender, donde queda la garantía de inversión para poder mantener la calidad y la seguridad del servicio y de unas instalaciones con equipamientos tecnológicos punteros y sobre todo la seguridad en la prestación del mismo.

Señor Rajoy, deje de vendernos motos de esa clase porque desde la Federación de Servicios Públicos de la UGT no le quepa la menor duda de que le daremos la respuesta adecuada con el conjunto de los compañeros de AENA y a ser posible, con la colaboración de toda la sociedad, haciendo un llamamiento a no votar al partido que usted representa.

Ramón Benito Sevilla es responsable del Sindicato AENA FSP-UGT-PV de País Valenciano.