E l Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero acaba de aprobar, con la oposición en el Congreso de PP y ERC, una ley que llevaba cuajándose casi dos años: la Ley para la Recuperación de la Memoria Histórica.

Algunos, como el ex presidente del gobierno Felipe González, no creen necesaria la aplicación de una ley para la recuperación de la memoria de los derrotados en la guerra civil, aunque por supuesto, creen necesaria su reparación. Otros, la mayor parte de la Iglesia y sectores del Partido Popular, se oponen frontalmente por considerar la Ley una «reapertura de heridas».

Nosotros pensamos que al igual que la Iglesia tiene todo el derecho del mundo a beatificar, justo en estos momentos, a 500 «mártires» de la guerra civil, las personas que perdieron a algún familiar siendo víctima de la guerra civil o el franquismo, también tienen derecho a homenajearlos ahora, aunque no sean considerados «santos». En mi opinión, sí que es del todo necesaria la aplicación de una ley que regule esta situación.

Además, creo que los puntos claves que se han acordado en la Ley son precisos: la despolitización del Valle de los Caídos; la declaración como ilegítimos de los juicios franquistas; juicios militares que no pueden tener aceptación a ojos de ningún país democrático; y también la eliminación de símbolos franquistas de cualquier lugar.

En este punto hay que decir que la Iglesia debería empezar a querer desmarcarse ya de toda simbología franquista, aunque no se le vaya a obligar con la Ley, sería un avance aunque sólo fuera para disimular su apoyo incondicional al régimen del general Franco en sus primeros momentos (recordemos al cardenal Pla y Deniel y su reconocimiento de que la guerra civil era una «santa cruzada del catolicismo»);.

También he de decir que esta Ley no se plantea ni como de los «vencedores ni de los vencidos» (expresión que sonará mucho a los lectores por ser el título en castellano que el régimen franquista puso a la estupenda película de Stanley Kramer sobre «los juicios de Nuremberg»);.

Hubo vencedores y vencidos en 1939 sí, pero no pueden haberlos en la España del 2007, más de sesenta años después de la guerra civil (1936-1939);, que nos dividió por completo en un país que en poco tiempo se ha consolidado democráticamente tanto o más como los del resto de Europa.

Porque todos sabemos que el régimen franquista rindió fastuosos homenajes a los caídos en Paracuellos. Pero, ¿acaso no fueron víctimas también de la guerra los fusilados por los nacionales en Badajoz Todos ellos fueron víctimas de una cruenta guerra civil. Insisto en que no es la hora de resucitar fantasmas de la guerra, ni brechas que ya no existen en una sociedad democrática donde las clases medias mandan.

Es la hora de que hablen aquellos que permanecieron en silencio durante más de cuarenta años porque así les obligaba un régimen totalitario, y después durante veinte o más, quizá porque se obligaron ellos mismos con un pacto de silencio tácito durante la transición democrática.

Es la hora de que todos aquellos que lo deseen puedan ahora enterrar a sus seres queridos con dignidad. Es la hora de la memoria.

César Sampedro Sánchez es licenciado en Historia, miembro del PSOE y secretario de Educación y Universidades de Juventudes Socialistas de Alicante.