Opinión | Tribuna

Manuel González Bleda

24 de abril de 1974

Panorámica de Elche

Panorámica de Elche / ANTONIO AMORÓS

Participar en una asociación de vecinos para conseguir un barrio mejor, organizarte en un sindicato para defender tus derechos como trabajador, poder expresarte con libertad y participar, si es tu deseo, en la actividad política a través de un partido, profesar tu religión o declararte ateo, poder disolver tu matrimonio si no os va bien, unirte por amor con quien tú quieras, participar en la composición de tu Ayuntamiento a través de unas elecciones, estudiar en la escuela y en la universidad en tu lengua materna…

Estos derechos y muchas más oportunidades con las que actualmente contamos forman parte de la normalidad en nuestra sociedad. Hoy nadie puede imaginar nuestras vidas de otra manera y creemos que la situación que en el presente disfrutamos siempre ha estado ahí, formando parte de la naturaleza y de nuestra vida como el aire o el agua...

Venim d’un silenci antic i molt llarg.

Pero hubo un tiempo, no muy lejano, en el que todos estos derechos estaban suprimidos, prohibidos y que organizarte para conseguirlos, y hacer realidad en nuestro país lo que era normal en países como Francia o Italia, podía costarte detención, tortura y años de cárcel.

El olvido no es bueno para la democracia y nuca deberíamos olvidar que la situación que hoy vivimos fue posible por el esfuerzo de muchos ciudadanos, que entonces no se resignaron y, afrontando esos riesgos, se organizaron para exigir las libertades negadas, para acabar con la dictadura y para alcanzar un futuro de libertad y de democracia para todos.

Jo vinc d’un silenci que no és resignat / Jo vinc d’una lluita que és sorda i constant / Jo vinc d’un silenci que romprà la gent / Que ara vol ser lliure i estima la vida / Que exigeix les coses que li han negat.

Durante los largos años que duró la dictadura franquista, numerosos ciudadanos se organizaron y se movilizaron para hacer frente a la represión y muchos de ellos fueron detenidos, torturados y encarcelados.

Esta é a madrugada que eu esperava /O dia inicial inteiro e limpo

 Onde emergimos da noite e do silêncio  / E livres habitamos a substância do tempo.

El día 25 de abril de 1974, el pueblo hermano portugués recobró su libertad, arrebatada durante demasiados años, poniendo fin a la dictadura que había padecido durante 48 años…

Què volen aquesta gent / Que truquen de matinada?

Pero aquella madrugada alegre y luminosa en Portugal, en España era una mañana más, triste y oscura para la ciudadanía. Aquel día la policía franquista desencadenaba una jornada más de dura represión. Irrumpía en los domicilios de numerosos hombres y mujeres de nuestra provincia siendo detenidos, acusados de asociación ilegal y tenencia de propaganda subversiva, cuando su único delito era anhelar una España democrática, una España mejor para todos.

En este mes de abril se cumplen 50 años de aquellas detenciones. El día 24 de abril en nuestra ciudad fueron detenidos Bernardino García Caro, Emilia Sánchez Barba, José Ramón Marcos Guilabert, María Estrella Portellano García, Manuel González Bleda, Rafael García Caro y Juan y Luis Sanz Tejedor. Después de pasar en Comisaría 72 largas horas y tras comparecer ante el juez, la mayoría de ellos fueron puestos en libertad, pero los hermanos Bernardino y Rafael García Caro fueron conducidos a la cárcel de Murcia donde permanecieron retenidos cerca de tres meses.

Habrá un día en que todos / Al levantar la vista / Veremos una tierra que ponga libertad / Haremos el camino en un mismo trazado / Uniendo nuestros hombros para así levantar / A aquellos que cayeron gritando libertad

Desde los barrotes de sus celdas conocieron las noticias de la Revolución de los Claveles e intuyeron que el horizonte de la libertad se adivinaba próximo también para nuestro país. Estaban convencidos de que, si continuaban resistiendo, la democracia terminaría por ser conquistada. Ese deseo les dio fuerzas para soportar los interrogatorios y los malos tratos a los que fueron sometidos.

Antes de estas detenciones hubo muchas otras en Elche durante la larga noche franquista. En 1945, en 1947, en 1953, en 1964 y en 1973 se produjeron detenciones de numerosos ciudadanos y ciudadanas de nuestra ciudad, sufriendo cárcel la mayoría. Estas actuaciones represivas se ejercieron sobre grupos organizados de comunistas, aunque también las padecieron socialistas y antifranquistas en general. También en la década de los 70 hubo numerosos arrestos individuales de ilicitanos que, sin pertenecer a ningún partido, eran sospechosos de la Policía por su talante demócrata y antifranquista.

El presente escrito pretende ser un homenaje a estas personas y a sus familias, que, de manera desinteresada y asumiendo riesgos, dieron lo mejor de sí mismos para conseguir una España mejor. No lo olvidemos. No los olvidemos.

Debemos tener presente que la democracia que hoy vivimos no nos fue concedida graciosamente, sino que fue una consecuencia de las movilizaciones, la organización y las protestas de numerosos sectores del pueblo español que exigían libertad y democracia.

También debemos tener en cuenta que los derechos ganados con tanto esfuerzo se pueden perder muy fácilmente. El panorama político actual no es demasiado alentador ante la presencia de grupos que pretenden que nuestro país retroceda en derechos, suprimiendo o modificando leyes que han supuesto avances en democracia para todos.