El paro en el año 2019 empieza mal. Aumenta, en enero, en 83.464 personas y alcanza un total de 3.285.761 registradas en España. «Como casi siempre», dirán algunos. Es cierto. La finalización de las campañas de Navidad y Reyes penaliza mucho la ocupación. Vivimos en una sociedad en la que la precariedad e inestabilidad en el empleo es, cada vez, mayor. El sector servicios, especialmente en la hostelería y el comercio, aumentan su importancia cada año que pasa. El problema es que son dos sectores íntimamente ligados al consumo y éste está como está.

Aunque se dice que llevamos varios años saliendo de la crisis, incluso algunos dicen que ya han salido (probablemente lo que nunca la han conocido), lo cierto es que, más de diez años después, la economía de la población deja bastante que desear. Es cierto que la situación ha ido mejorando muy lentamente, aunque aún queda pendiente de recuperar casi la mitad del empleo que se perdió con la crisis. Y, en todo caso, la salida se está haciendo con un costo social enorme. Mucha gente lo ha estado pasando muy mal, y los datos sobre desahucios, pobreza y riesgo de exclusión social han alcanzado niveles nunca vistos, mientras que el sector de parados mayores de 50 años tiene un futuro bastante delicado a la hora de encontrar un trabajo estable y, por tanto, de conseguir una jubilación decente ya que van a ser esos últimos años los que, precisamente, le van a contar para determinarla.

Otra característica de esta falsa salida de la crisis es la que se está dando: Más que la creación de trabajo, lo que de verdad se está dando es creación de contratos de trabajo. La contratación temporal y a tiempo parcial ha aumentado escandalosamente en esta crisis. Lo que antes era un contrato de trabajo ahora, en muchos casos, son varios por horas e, incluso, a diferentes personas, aunque también es frecuente que estas se prolonguen forzosamente y sin declarar, con lo cual las personas afectadas es cierto que no están, técnicamente, paradas aunque la realidad es que trabajan sólo unas horas legalmente y su cotización e ingresos, por tanto, no les permite ni independizarse, en el caso de los más jóvenes, ni disponer de recursos para mantener un nivel de consumo que se note en la economía ni el comercio.

La situación, en Elx, también refleja esta realidad. El paro registrado ha aumentado en 185 personas en el mes de enero. Según los datos que facilita CC OO procedentes del SEPE, al 31-1-19 había 23.656 personas inscritas como paradas. De ellas, 8.954 son hombres y 14.702 son mujeres. El colectivo de mayores de 44 años es el más numeroso: 13.456 y, de ellas, 4.893 son hombres y 8.463 mujeres. El peso del paro recae, especialmente, en la mujer. Los nuevos 185 parados de enero son 56 hombres y 129 mujeres. Más del doble.

A pesar del aumento de 185 parados, en Elx en enero se han firmado nada menos que 6.431 contratos de trabajo, de los cuales en el sector servicios han sido 4.070 y 1.660 en Industria y el resto en Agricultura y Construcción. Los contratos a personas mayores de 44 años, a pesar de ser el colectivo de parados más numeroso, sólo han supuesto 1.885. Otra característica de la contratación en Elx es el fuerte peso de la temporalidad: 875 contratos indefinidos frente a 5.556 temporales. Y, por si faltara algo, del total de contratos, en enero, 3.665 lo han sido a jornada completa, pero nada menos que 2.766 lo han sido a tiempo parcial.

La cosa no está mucho mejor en la provincia de Alicante. También aquí el paro ha subido en enero con el peor dato en cinco años. En 3.675 personas más, llegando a 154.391 y se han perdido 10.627 afiliaciones a la Seguridad Social. Y, como bien ha detallado INFORMACION estos días, los contratos de hasta 7 días, representan el 24,2% de la contratación temporal y el 21,4% del total de la provincia. La precariedad se ha adueñado del mercado laboral. La reforma laboral que aprobó el PP está detrás de la consolidación de este modelo. Es incomprensible que el nuevo gobierno socialista no haya empezado su reforma como le vienen pidiendo los sindicatos. Igualmente es urgente reforzar las plantillas de la Inspección de Trabajo y los recursos destinados a Prevención y Seguridad en el Trabajo para combatir las irregularidades que se están cometiendo con este tipo de contrataciones, y la situación de indefensión o miedo que se padece, ante la pérdida de garantías sindicales que supone el nuevo modelo laboral implantado por la derecha en su momento, y que está suponiendo un evidente deterioro en muchos sectores laborales. Esperemos que este mal inicio de 2019 no se consolide.