Escribo estas líneas desde China donde participo en un congreso que tiene por título simplemente 2050. Este es el horizonte temporal con el que piensa la mayor economía del mundo. Las nuevas tecnologías que se están presentado aquí dejan claro que estamos en medio de una actualización completa del sistema. Se está instalando una nueva versión, conocida como cuarta revolución industrial, que supone un formateado de la forma en la que producimos, trabajamos y nos organizamos. Y si bien es todavía muy pronto para predecir las consecuencias de semejante transformación, lo que está claro, es que la tecnología va a jugar un papel fundamental en nuestras vidas. La cuarta revolución industrial es también el tema de la cumbre del Foro Económico Mundial que vamos a celebrar en unos meses. En las reuniones que hemos tenido para preparar este encuentro queda claro que China se ha propuesto liderar la economía mundial y sabe muy bien que no lo va a conseguir imitando lo que hacen otros sino innovando. Los temas que estamos tratando aquí no dejan lugar a dudas: inteligencia artificial, realidad aumentada, ciberseguridad, coches autónomos y medicina de precisión. El mundo avanza a gran velocidad sin pedirnos permiso.

En palabras del Profesor Klaus Schwab, fundador del Foro Económico Mundial y uno de los impulsores de este concepto, «la cuarta revolución industrial exige un nuevo tipo de liderazgo». Con estas palabras nos invita a participar en la construcción del futuro y a protagonizar este nuevo tiempo. Alicante no puede permanecer al margen de esta oportunidad que pasa delante de nosotros mientras nos empeñamos en ganar la carrera hacia ninguna parte de quién puede producir más barato. La tecnología, la innovación y el conocimiento son la clave para mejorar la competitividad de nuestra economía, reducir la estacionalidad de nuestro empleo y mejorar los salarios y las condiciones de vida de los alicantinos. La inacción, los discursos vacíos y los planes sin ambición no van a producir los cambios que tanto necesitamos. Nuestra provincia tiene enormes fortalezas que, bien aprovechadas, nos permitirían sacar todo el partido a las muchas oportunidades que tenemos a nuestro alcance. Pero para eso ocurra debemos trabajar todos juntos.

Por un lado, contamos con empresas consolidadas que pueden mejorar notablemente su competitividad si deciden digitalizarse. Los datos son la materia prima del siglo XXI y la base del comercio electrónico. Sin embargo, muchas empresas deciden ignorar la información que ellas mismas generan y que, bien gestionada, les permitiría conocer mejor su negocio y a sus clientes, tomar mejores decisiones e incrementar notablemente sus ventas. Gracias al uso de técnicas de inteligencia artificial, aprendizaje automático y visualización de datos, nuestras empresas tendrían una importante ventaja sobre sus competidores y una oferta mejor adaptada a las necesidades de los consumidores. De esta manera, atraerían nuevos clientes y accederían a nuevos mercados. Existe una gran oportunidad para aquellas empresas que sepan responder a una demanda creciente de compra por internet y sobre todo a una mejor experiencia de usuario. De hecho, según un reciente estudio encargado por Fujitsu, las empresas que han apostado por su digitalización aumentan su volumen de negocio, fidelizan más a sus clientes y hacen un mejor uso de los recursos. La Administración puede convertirse en el motor de este cambio si realmente apuesta por una regulación adecuada pero, sobre todo, si decide compartir de forma responsable y segura la gran cantidad de datos que genera, recibe y gestiona. Los ciudadanos disfrutaríamos de una Administración más eficiente y transparente, de unos servicios más adecuados a nuestras necesidades y de un mejor uso de nuestros impuestos. Pero los que más se beneficiarían serían los emprendedores porque con todos esos datos podrían dar mejores servicios y ofrecer productos que respondan mejor a los gustos y los intereses de sus clientes.

Pero los cambios que realmente importan no los hace la tecnología sino las personas y en Alicante contamos con muchos atractivos para atraer a emprendedores dispuestos a trabajar aquí. Los nómadas digitales suponen una oportunidad excepcional para una provincia como la nuestra en la que el buen clima, la calidad de vida, las infraestructuras y vuelos directos a más de cien destinos, hacen de nuestra tierra el lugar de trabajo ideal para aquellos que no tienen oficina. Los nómadas digitales son un codiciado sector del mercado turístico, no sólo porque tienen un elevado poder adquisitivo sino, sobre todo, por enriquecen el ecosistema emprendedor en el que viven y generan nuevas oportunidades de negocio. En la provincia tenemos ya algunos espacios especialmente diseñados para estos emprendedores globales que trabajan en internet desde cualquier parte del mundo. Sin duda se trata de un sector muy exigente y tremendamente móvil, pero representa una oportunidad excepcional para atraer emprendedores de todo el mundo a Alicante.

Y aun siendo la digitalización muy importante, la cuarta revolución va mucho más allá. La nanotecnología, la edición genética y la medicina personalizada son excelentes ejemplos en este sentido; y cada una de ella supone una oportunidad enorme para nuestra provincia. Precisamente gracias al uso de la nanotecnología hemos desarrollado las celdas solares de baja temperatura más eficientes del mundo en nuestro grupo de investigación de la Universidad de Alicante en colaboración con otros laboratorios de España. Esta nueva tecnología, que estoy presentando ahora en China, constituye una oportunidad excepcional para nuestra provincia que cuenta con tantas horas de sol. Y es que la investigación que se realiza en nuestras universidades supone un enorme activo con el que mejorar la oferta tecnológica y competitividad de la economía de nuestra provincia. Además en los últimos años se ha hecho un esfuerzo muy importante por favorecer el emprendimiento y la creación de nuevas empresas en nuestras universidades. Pero todavía estamos lejos de alcanzar el potencial que tenemos de mejorar y diversificar la economía de nuestro entorno. Quizás el mejor ejemplo en este sentido sea el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), una universidad de apenas 10.000 estudiantes de la que han salido 30.000 empresas que dan empleo a 4,6 millones de personas. Hace algunos años fundé precisamente allí mi empresa, Rive Technology, que está fabricando y vendiendo miles de toneladas de catalizadores que reducen las emisiones de CO2 y generan más y mejores combustibles. En muchas ocasiones me han preguntado por qué en MIT se crean tantas empresas tecnológicas de éxito. Mi respuesta es siempre la misma, porque allí se hace la mejor investigación del mundo y saben cómo comercializarla. Obviamente, nos llevan años de ventaja y cuentan con más capacidad y recursos que nosotros, pero este y otros ejemplos nos muestran la enorme oportunidad que representa para un territorio contar con universidades empeñadas en sacar al mercado los descubrimientos que se realizan en sus laboratorios.

Pero también es cierto que en Alicante tenemos muchas historias de éxito que son menos conocidas de lo que se merecen. Esto es el caso de la empresa PLD Space, del parque científico de la Universidad Miguel Hernández, que acaba de conseguir dos millones de euros de inversión y ha sido elegida por la Unión Europea para desarrollar lanzadores espaciales reutilizables. O el superdeportivo Boreas un híbrido de 1.000 caballos del que sólo se están fabricando 12 unidades en Santa Pola. Y también contamos con personas excepcionales reconocidas internacionalmente como Andrés Torrubia, que tras crear varias empresas tecnológicas, quedó cuarto el año pasado en un concurso internacional sobre conducción autónoma entre 4.000 especialistas de todo el mundo. O Nuria Oliver, directora de investigación de datos en Vodafone, que desde Alicante dirige un equipo internacional sobre big data y apoya numerosas iniciativas para que haya más mujeres dedicadas a la ciencia y a la tecnología. Y por supuesto tenemos a Francis Mojica, el profesor de la Universidad de Alicante que descubrió la técnica de edición genética CRISPR. Es difícil exagerar la importancia de esta herramienta que nos ofrece la oportunidad de curar un sin número de enfermedades hereditarias y de luchar contra el cáncer de forma mucho más eficaz. El hecho de que CRISRP se haya descubierto en la universidad de Alicante es un hito histórico del que todos son alegramos y sentimos orgullosos; pero si lo que realmente queremos es sacar todo el partido al hallazgo científico más importante de nuestro siglo, debemos contar con un Centro Nacional de Edición Genética en Alicante que tenga los recursos, las personas y sobre todo la ambición necesarios para liderar la investigación en este campo y para generar nuevas patentes y empresas basadas en CRISPR, como ya están haciendo otros países. No dejemos que nos pase como en tantas ocasiones en las que otros se benefician de los descubrimientos que se han hecho aquí.

Alicante tiene un enorme potencial, personas excepcionales y muchas historias de éxito. Juntos podremos atraer talento, inversión y empresas que quieran apostar por nuestra provincia, pero para eso necesitamos trabajar juntos, con ambición y sin perder más tiempo. Frente a una economía de bajo coste que nos arrastra a precios y sueldos insostenibles cada vez que Turquía o Túnez recuperan turistas, la apuesta por la tecnología es una visión ilusionante capaz de aunar esfuerzos y de crear un proyecto compartido. Desde Alicante podemos participar en la construcción de un futuro lleno de oportunidades o dejar que lo inventen otros. Depende de nosotros subirnos a las grandes oportunidades que pasan a nuestro lado para que nuestra tierra se convierta en un polo de atracción de talento, de liderazgo tecnológico y de generación de oportunidades para todos.