Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Arturo Ruiz

Opinión

Arturo Ruiz

La traición de Pablo es eterna

No les machacan por ser igual que ellos. Sino por proponer que podría haber alguien diferente

Érase una vez una granja donde los animales vivían explotados por los seres humanos hasta que decidieron rebelarse, echar al propietario y a su familia y fundar en los establos un sistema basado en la igualdad y en la armonía. Pero la historia la escribió George Orwell, uno de tantos millones de comunistas del siglo XX con el corazón arrasado por el delirio estalinista urdido por sus propios camaradas, y no podía acabar bien: al final, algunos animales constituyen una élite, se sientan en los sillones de los antiguos amos, visten sus ropas, fuman sus puros y explotan a sus antiguos compañeros de rebelión para que la granja sea tan amarga como en la época de los hombres. Denunciaba Orwell a aquellos camaradas nacidos en el lodazal de los suburbios que utilizaron el carisma ganado en tantas batallas contra los patronos en las trincheras para ascender en la escala social y acabar ocupando los palacios de los tiranos a los que combatieron. Es la eterna traición: el Napoleón pobre que lideraba el ejército de los verdugos de María Antonieta se convirtió diez años después en emperador, los camaradas que empuñaron en Petrogrado los fusiles de la revolución de Lenin acabaron riéndole las gracias a Stalin en una dacha regada de vodka, los guerrilleros de los sesenta se apoltronaron en los despachos enmoquetados de la socialdemocracia de los ochenta al mismo tiempo que la pana de Felipe y las camisas al viento de Alfonso se reencarnaban en trajes de marca. Pero a cada generación surge la misma esperanza: nosotros seremos diferentes.

Pablo Iglesias e Irene Montero nacieron a la luz del 15M y pregonaron con el olor obrero a yeso de Vallecas aún en la ropa una nueva política para el pueblo cuyos líderes permanecerían siempre en los barrios, tascas, deslunados y bloques del pueblo. Si ahora pueden comprarse un chalé de 600.000 euros (no es una mansión, pero sí un símbolo de clase alta) es porque han medrado precisamente gracias al prestigio y los recursos alcanzados al frente de un partido que en teoría defiende a los que siguen viviendo en las barriadas proletarias, y a los que juraron no abandonar. Y encima, con una pose que roza la idolatría, les dicen, si os atrevéis, echadnos. O nosotros o el caos.

Eso sí, el resto de las fuerzas vivas de este país a derecha o a izquierda se lanzan al cuello de Iglesias y Montero pese a que también ellos adquieren desahogadas viviendas en cualquier sierra como la madrileña. No les machacan por ser igual que ellos. Sino por proponer que podría haber alguien diferente. Algo que quizás resulte imposible.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats