Las princesas del PacíficoTEATRE ARNICHES DE ALICANTE
De José Troncoso, Alicia Rodríguez y Sara Romero.
Compañía: La Estampida.
Como una bufonada contemporánea se ofrece este espectáculo que pretende exponer una imagen tragicómica y caricaturesca. Una parodia con carácter popular y dos personajes sainetescos, tía y sobrina, o casi dos payasas, pero sin narices rojas, que habitan un círculo cerrado. La televisión, imaginaria, y el chismorreo son el perrito de compañía, la única ventana abierta al mundo con la que se quiere paliar la rutina. Un premio viene a romperla. Cogen las maletas y corren con su necesidad de escape, de saltar estrechos límites. ¿Les suena esta música? El espectador conecta fácilmente y puede verse reflejado en algunas cuestiones de Las princesas del Pacífico. ¿Un crucero o simplemente imaginaciones de ambas en su afán de salir de la monotonía? El grupo La Estampida, afincado en Madrid, es ya una forma de huir de la grotesca realidad, que acentúa la creación escénica de José Troncoso, Alicia Rodríguez y Sara Romero. El primero es el director de la ligera obra, y la segunda, una de las actrices (la tía) al lado de Belén Ponce de León. Muy ovacionadas por asumir las características de sus estereotipados papeles en un espacio tan vacío como las vidas de los personajes. Ponen el énfasis en el acento andaluz, añejo recurso que sigue en pie con su particular gracia, y transmiten una creíble estilización esperpéntica y cierta dosis de ternura. La fuerza cómica y dramática varía. El lenguaje y la dramaturgia circulan mejor o peor en función del momento, y la lógica del absurdo funciona aunque pueda redondearse algo más la jugada. La tragicomedia, el delirio o la ironía de estas mujeres formalizan un contraste, porque son diferentes y una es alta y otra es baja emulando a las clásicas parejas artísticas, e incluyen una parte del drama social de muchos. Dos princesas temporales en el barco del Arniches que llega bien a puerto, tras una hora de duración, con aquella melodía de la serie Vacaciones en el mar. La dirección de José Troncoso contribuye con las sintetizadas escenas de un montaje ligeramente cóncavo que continúa obteniendo la miel del éxito. ¿Por qué no va a ser Navidad siempre si lo desean para entretenerse mejor? Y el amplio público se ríe de sí mismo.
