Marta Díaz de Lope Díaz es una joven realizadora malagueña nacida en Ronda, que debuta en el cine con la película Mi querida cofradía, en la cual, con elementos de humor negro y de crítica social, plantea temas como el desafío al machismo obsoleto y a la roñosa corrupción.

Recibida con notable éxito en el pasado festival de Málaga donde gana el premio especial del público, la cinta refleja el peculiar mundo de las hermandades de la Semana Santa y de las cofradías, en una comedia negra, fresca, divertida e ingeniosa, ligera y amable, en la que brilla Gloria Muñoz, una destacada actriz del teatro madrileño que interpreta a la protagonista de la película, quien tras una vida dedicada a su congregación aspira a presidirla, rompiendo la tradición de que solo un hombre puede hacerlo, y esforzándose en luchar contra los cofrades y su machismo, que no aceptan a una mujer en ese puesto.

Y esa aspiración es para la protagonista un sueño, como sucede que cada persona tiene efectivamente los que le encantaría conseguir, aunque en ocasiones, y por miedo o desconfianza no logran alcanzarse, respecto de lo cual es importante comprender que es cada uno quien establece sus propias limitaciones, y que los deseos y anhelos son propios, siendo los temores los peores enemigos para su consecución.

Y es la pasión, sin embargo, el sentimiento que produce el impulso y la motivación hacia aquella actividad que pretendemos realizar, con perseverancia y determinación, para lo cual es necesario conectar con el espíritu interior de cada uno, y que entiende de instantes y posibilidades mágicas y de ensueño.

Respecto de lo cual, los límites son los que cada uno se fija y la desconfianza es uno de los enemigos en la búsqueda de esos anhelos, siendo bueno visualizar objetivos, estableciendo los planes para conseguirlos de forma clara y concreta, manteniendo la constancia y la motivación en la forma de actuar, midiendo y ensalzando los progresos alcanzados por pequeños que sean y disfrutando cuando el sueño se convierte en realidad.

Como sería para mi volver a Ronda y pasear por el Puente Viejo o disfrutar de las maravillosas vistas sobre el Tajo, y visitar el Palacio de Mondragón o el del Rey Moro, y La Mina o los Jardines de Cuenca, me digo mientras termina esa agradable película que es Mi querida cofradía, con sus claros toques de denuncia, en una historia que, desde luego, recuerda la conocida cinta de Almodóvar Mujeres al borde de un ataque de nervios en cuanto a frescura, personajes y ritmo, en una película de clara vocación feminista y de oportunidades, esperanzas, humor, suave burla y sueños cumplidos.