Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Francisco Esquivel

Tiene que llover

Francisco Esquivel

El eslabón perdido

Tras la situación traumática experimentada por su formación en el Ayuntamiento de Alicante, Manolo Mata, a la diestra de Ximo Puig en el partido y síndic socialista de las Cortes, se ha sacado esto de dentro: «Lo que había era una crisis política porque Echávarri no fue capaz de generar empatía con sus socios de gobierno ni con nadie». Si estamos hablando de una catarsis, las he visto mejores. Para ser alcalde hay que servir. Pese a la frase hecha de que «es el puesto más bonito al que se puede aspirar», no es ninguna bicoca. El que accede ingresa en una farmacia de guardia. Ha habido alcaldes y alcaldesas muy populares, algunos de los cuales conocían a todo quisque. Tanto que, al cruzárselos por la calle, iban llamándolos por el nombre. El ahora oscuro objeto de admonición por parte del número dos del pesepevé no solo era escasamente conocido sino que, por lo visto durante la posterior actuación al frente del cargo, fue el mayor logro que tuvo de partida: que ni los suyos en Valencia se hubiesen preocupado de catarlo. Porque, mi respetado síndic, la empatía, ¿nace o se hace? Los pocos que conocían a la apuesta de Ángel Franco para tomar el relevo del bienio horríbilis de los otros sabían de sobra que entre sus virtudes ?alguna tendrá? no figura la de ser capaz de relacionarse ni con su sombra. Y claro, siendo así, de alcalde, lo llevas crudo. A la fatiga que acarrea entenderse con los socios de coalición, al tute que representa atender las demandas de vecinos, comerciantes, festeros y el resto del mogollón hay que sumar las exigencias que, para proyectos en común, te van a plantear los patrones del puerto, la uni o la oficina europea que, aunque parezcan de la misma cuerda, no están ahí para reírte las gracias y, mucho menos, si no la tienes. De anhelar una ciudad amable, ya ni hablamos. No es extraño, pues, que independientes, a los que Mata and company andan lanzándoles propuestas para que sean cartel, inquieran: «¿Es que me veis arisco?». A lo que responden: «No, tú no; los votantes».

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats