«Los más de 40 millones que se han ido a los bancos volverán a los torrevejenses en forma de inversiones para nuestra ciudad», afirma sin ruborizarse el jefe del PP de Torrevieja.

Como no creo que Eduardo Dolón y sus conmilitones tengan una varita mágica o dispongan de una fábrica para hacer dinero, ni tampoco parece probable que el PP local quiera obligar al PP valenciano a devolver los miles de millones que sus cargos públicos malgastaron durante sus años de gobierno en la Comunidad Valenciana, habrá que buscar una explicación más lógica a tan fantasmal afirmación. Al contrario de lo hecho por el Gobierno de Rajoy, que hurtó 60.000 millones a los españoles para dárselos a los banqueros con la excusa del rescate, Eduardo Dolón, como un moderno José María el Tempranillo, podría estar planeando «atracar» 40 millones a los bancos para dar inversiones a los pobres torrevejenses.

Convertirse en atracadores de bancos sería la culminación lógica de la postura de insumisión bancaria que los populares vienen propugnando cuando el actual ayuntamiento amortiza los préstamos pendientes con los bancos para reducir el endeudamiento municipal. «El dinero no hay que dárselo a los bancos», grita Eduardo Dolón de cara a la galería. El PP local insulta la inteligencia de los torrevejenses que están informados de que fueron los gobiernos locales del PP quienes contrataron esos préstamos bancarios.

La ciudadanía también sabe que la Ley 27/2013, de 27 de diciembre, de racionalización y sostenibilidad de la Administración Local, conocida como Ley Montoro, obliga a los ayuntamientos a priorizar ante todo el pago de las deudas y no les permite realizar inversiones si antes no liquidan las deudas. ¿Por qué Eduardo Dolón se hace el ignorante? Una oposición basada en mentiras tan disparatadas envilece a quienes la realizan y deja en muy mal lugar a los votantes del PP que comulgan con ruedas de molino. La falta y el retraso de las inversiones en Torrevieja por parte de las administraciones del PP dejan en evidencia a Eduardo Dolón. Veamos esas inversiones fantasmas.

El estudio sobre la viabilidad del ferrocarril en Torrevieja del Ministerio de Fomento, que tenía que haber finalizado en abril de 2016, acumula ya dos años de retraso. Después de hacer dejación de funciones durante muchos años, el Ministro de Fomento anuncia la firma para mayo de la redacción del proyecto de desdoble de la N-332 a su paso por Torrevieja, una obra que debía de estar hecha hace más de diez años y que por culpa del Gobierno de España y del PP valenciano no se acometió. Dicen que el proyecto se redactará en 18 meses. Con mucha suerte, las obras podrían iniciarse a finales de 2020. La obra de reurbanización del Paseo Marítimo en el tramo comprendido entre Punta Margalla y la Avenida de las Habaneras, incluida en el Plan de obras de la Diputación de Alicante de 2014, que debía de haber finalizado como mucho en 2015, sigue acumulando extraños retrasos. Mientras no se realice, Torrevieja no puede aspirar a ser incluida en otros planes de obras de la Diputación. ¿Qué pinta allí Eduardo Dolón como vicepresidente?

Las obras de restitución territorial que Acuamed -empresa estatal dependiente del Ministerio de Medio Ambiente- debía abordar en Torrevieja para compensar a la ciudad por el impacto de la desalinizadora contaban con un presupuesto de 12 millones para acometer cinco proyectos. Tan sólo se realizó en 2013 la reurbanización del Barrio de San Roque (5,7 millones).

Las obras del Paseo del Muelle de Poniente, adjudicadas en 2014, llevan paradas cuatro años. Los otros tres proyectos (la senda peatonal entre Los Náufragos y Lo Ferrís, el paseo de la playa del Acequión y la reurbanización del canal del Acequión) siguen durmiendo el sueño de los justos en los cajones del Ministerio de Medio Ambiente. En el fondo de esta paralización está el procedimiento judicial que investiga desde 2016 una trama de corrupción por supuestos sobrecostes millonarios e irregularidades administrativas en las obras adjudicadas a Acuamed. La corrupción del PP sigue perjudicando a Torrevieja. Por si fuera poco, el proyecto de Presupuestos Generales de Rajoy para 2018 deja a la provincia de Alicante en el furgón de cola de las inversiones per cápita del conjunto de España.