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José María de Loma

Política de feria

No sólo triunfa en las encuestas. Albert Rivera se llegó a la Feria de Sevilla y lo suyo, cuentan las crónicas, fue un éxito, un baño de masas, un no parar de saludar. Hombe Alberto, me alegro de verte, y en ese plan. En alguna caseta, la multitud que lo recibía quería besarlo. Pero ya nos advirtió el añorado Lázaro Carreter, en aquella serie de artículos titulados El dardo en la palabra que no conviene decir «olor de multitudes», dado que las multitudes, al serlo y moverse mucho, deben echar un olor no muy agradable. Así que es mejor afirmar «recibido en loor de multitudes», que queda más fino, más correcto y huele menos. A lo que huele en realidad es a elecciones.

Susana Díaz tal vez quiere celebrar comicios antes de la sentencia de los ERE y antes de que Ciudadanos suba más en intención de voto. O sea, octubre. Así que puede haber comicios a la vista. Y comicios a vista de prismáticos también: municipales dentro de un año. Es decir, año de campaña, año preelectoral. Por eso hay que ir a la Feria de Sevilla y a donde encarte. Si hay que ir a una convención de demonios con rabo largo se va también.

Rivera demuestra que un hombre sonriente, reformista y con corbata sigue siendo un buen gancho electoral. Pedro Sánchez fue también a Sevilla. Pero sin corbata y con menos buena racha mediática. Además, el morbo estaba en ver cómo se desenvolvía junto a Susana Díaz. Mal. Mucha sonrisa acartonada, mucha foto evitada o forzada. Rivera lanzó un mensaje: que ha de haber cambio en Andalucía después de 35 años. Seguramente que esa píldora produjo en el líder del PP, Moreno Bonilla, una cierta inclinación al orgasmo político, pensando en una coalición azul-naranja que desbancara a los socialistas y a él le diera la presidencia. Pero Rivera se refería a ganar él, o sea, hizo un llamamiento a sus filas a espabilar, a no caer en la complacencia (o autocomplacencia) y ganar las elecciones. Puede que en las autonómicas andaluzas el gran morbo vea ser quién queda segundo. No quién queda primero. Se acaba la Feria. A la hora de redactar estas líneas, Rajoy no había ido. O a lo mejor la ha recorrido en chándal al amanecer. Tampoco es descartable que él mismo adelante elecciones. Alguna vez. Yo preferiría que adelantaran la Feria, también la de aquí. Para qué celebrarla con tanto calor. Rivera va testando las ferias de España. Buscando el loor, que significa elogio. El mapa festivo de España es amplio y de aquí a las elecciones, las que sean y cuando sean, le da tiempo a ir a unas cuantas. También le da tiempo a que vayan publicándose más encuestas, que son una verdad o posverdad en sí mismas. Y que reflejan el parecer de las multitudes. Se acerca San Isidro.

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