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Antonio Sempere

El teleadicto

Antonio Sempere

El consejo de dueñas

Escucho la palabra Rusia y no me trae resonancias de guerra fría, ni de Putin, ni de Trump, ni de armas químicas. Decir Rusia es decir Mundial. Decir Rusia es decir Mediaset tirando la casa por la ventana, dándolo todo, ofreciendo 62 partidos de fútbol en un mes. Decir Rusia es ver disparadas las audiencias de la televisión lineal, en estos tiempos de televisión a la carta.

Le sugieren a María Dueñas esta semana en un suplemento que aporte una idea para mejorar nuestra situación cultural. A lo que la escritora responde: «asignar a temas culturales la mitad del tiempo que los informativos de televisión dedican al fútbol». Ahí queda eso. Parece una obviedad. Es más, habrá quienes piensen que se trata de demagogia. Pero visto lo visto, y a estas alturas de la película, a mí no se me ocurre otra medida más contundente y eficaz que la que propone Dueñas. No iba a cambiar el mundo, evidentemente. Pero sería el único contrapeso sensato a la hora de frenar una invasión que, aunque imagino que ya es tarde, amenaza con arrasarlo todo.

Por supuesto que habría mucho que debatir, empezando por regresar el eterno debate primigenio sobre la naturaleza de la cultura, sobre los conceptos de ocio y negocio. Pero lo cierto es que somos muy cangrejos. Vamos hacia atrás. En lo que va de año llevo realizando un experimento sociológico muy sencillo. Camino solo, sin auriculares, con los oídos bien despejados, tratando de escuchar de qué habla la gente cuando habla. Así más de ocho horas diarias. Y les aseguro que en la mayor parte de las ocasiones, están hablando de fútbol. Gente que se conoce e incluso gente que acaba de conocerse en la cola del bus. En el banco del parque, en el súper y en todos los bares, por supuesto. Los que tienen capacidad de decisión deberían hacer caso a María Dueñas.

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