A tres años del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y los EE. UU, se abre un panorama de serias incertidumbres ante las medidas desproporcionadas e ilegales de Donald Trump contra el Gobierno y la sociedad cubana.

Después de que el pueblo cubano se estaba acostumbrando a llevar las complejas y recelosas relaciones con el poderoso vecino del norte, por buen camino, aparece el presidente Trump que rompe los acuerdos pactados con el presidente Obama.

Los esparcidos recelos, resentimientos y miedos que se iban disipando entre la población cubana, ahora retroceden y vuelve la vieja política de los años sesenta de hostigamiento del poderoso del norte y una actitud de rebeldía del pueblo cubano hacia al yanqui, lo que no es beneficioso ni para el grande ni el pequeño en un mundo globalizado y amenazado por un aberrante terrorismo internacional.

Aunque los cubanos también saben que su enemigo está en cómo se reacciona ante los complejos desafíos: el bajísimo crecimiento económico y de natalidad, los efectos del impacto ambiental, el bajo ranking de inversión extranjera, la profunda crisis de valores y económica que acentúan las desigualdades que alienta la emigración juvenil precisamente hacia los propios EE. UU.

En este contexto la Asamblea General del Consejo de Estado, elegirá para el 19 de abril, un nuevo presidente sin apellido Castro que por voluntad propia del presidente General Raúl Castro deja paso a su relevo, aunque se mantendrá hasta el 2022 al frente del todo poderoso PCC.

El19 de abril, está en la atención de mayoría de los cubanos y de gran parte del mundo, ¿por qué?

Porque los cubanos y el mundo quieren paz, cambio y bienestar ante unos tiempos de crisis y desigualdades.

Es probable que el nuevo presidente cubano se esfuerce por abrir un imprescindible canal de negociación con la administración Trump tomando en consideración que las condiciones actuales no son las mismas que las de la década de los 60. No obstante La Habana sigue estando resguardada por Rusia, país con el cual mantiene una estrecha y legendaria relación diplomática, militar y comercial, y ejemplo de ello es la irremplazable entrega de 250 mil toneladas de petróleo y diésel cuando se retardaron las entregas venezolana.

La privilegiada posición geográfica de la isla será clave en las conversaciones entre las dos potencias. tema recurrente expresado en la carta de los 16 altos oficiales(r)del ejército estadounidense a la Casa Blanca: "Nosotros reconocemos que el régimen actual debe hacer más para abrir su sistema político y por el diálogo con el pueblo cubano. Pero, si no nos involucramos económica y políticamente, es cierto que China, Rusia y otras entidades cuyos intereses son contrarios a los Estados Unidos podrían hacerlo. Nosotros ahora tenemos la oportunidad de dar forma y llenar un vacío estratégico", lo que demuestra el pensamiento reflexivo de un grupo importante del ejército de los EE. UU.

La realidad es que si "€ Cuba se abra al mundo y el mundo se abra a Cuba para el pueblo pueda mirar al futuro con esperanza" (Papa Juan Pablo II), ya que el bloque además de ser ilegal y criminal es ineficaz para ambos.