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F. J. Bernabé

Opinión

F. J. Bernabé

Si la dicha es buena

Finalmente parece que, gracias a la mediación de sus interlocutores en la Comunidad Valenciana y en la provincia de Alicante, el Gobierno ha puesto los pies en la tierra. Ha costado, pero al final ha entendido al menos la principal de las reivindicaciones de los representantes festeros y ha alcanzado un acuerdo que va a permitir que la pólvora que se utiliza en los alardos de las fiestas de Moros y Cristianos de toda la provincia pueda trasvasarse a las cantimploras que se utilizan para su transporte y dosificación en el lugar de origen del explosivo y evitar así la manipulación del mismo en el lugar donde lo recogen los tiradores, lo que suponía un riesgo más que evidente visto por los festeros, que podrán recoger ahora su cantimplora cargada, sellada y a su nombre y no tendrán que manipular la pólvora. La contestana Pepa Prats, presidenta de la UNDEF (Unión Nacional de Entidades Festeras), casi no se lo creía al término de la reunión en la Subdelegación del Gobierno de Alicante cuando así se lo trasladaron Juan Carlos Moragues y José Miguel Saval, delegado y subdelegado respectivamente. Nunca es tarde si la dicha es buena. Ha costado numerosas reuniones hacer entender algunas cuestiones que desde Madrid no se veían. Para ambas partes la seguridad debe ser una prioridad y esto es algo que los festeros comparten pese a que les suponga mayores quebraderos de cabeza la gestión de la consecución del explosivo y a que todavía les cueste admitir a muchos que la posesión de la licencia de armas de avancarga es un filtro más para evitar riesgos. Esperemos que el acuerdo -que ha sido bien recibido hasta en Alcoy pese a no pertenecer a la UNDEF- sirva para incentivar la participación en los alardos y se recupere la brillantez de uno de los actos más característicos de nuestras fiestas de Moros y Cristianos.

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