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Prevención, divino tesoro

El diagnóstico precoz del cáncer colorrectal

La enfermedad que nos asusta es como un gato, y ¿quién le pone el cascabel al minino? Ese artilugio que cuando suena nos previene de su presencia, bien para darle una galletita o un zapatazo. Cuando entramos en la E3QM (Etapa Tres Queda Menos) de la vida, llamémosla con estas siglas para desterrar definitivamente términos odiosos: tercera edad, ancianidad, no digamos vejez; pues bien, al iniciar la navegación por este mar del E3QM se nos ofrecen varias posibilidades para tirar hacia adelante. Una, pasar del jodido gato y cuando llegue hecho un tigre de Bengala entregarnos a él como los cristianos a los leones en el circo romano. A todas luces una postura cómoda, aunque de inteligente me abulta que poca cosa. Dos, correr tras el gato y ponerle media docena de cascabeles, dos campanillas en las orejas y una pandereta en el morro. Tácticamente es una medida no recomendable. Viviremos algo más, tal vez sí o tal vez no, lo que es seguro es que viviremos con taquicardia, sobresalto y angustia permanentes. Lo veremos en cualquier esquina, soñaremos con él y volveremos loco a nuestro médico, y ya se sabe, lo de que viene el lobo, que viene, y cuando llega nos pilla en pelota. Y tres, que alguien con criterio y bajo la disciplina de un protocolo basado en la incidencia de los ataques enemigos coloque el cascabel al gato y a nosotros nos informe tranquilizadoramente, insisto, tran-qui-li-za-do-ra-men-te de la necesidad de colaborar con las pruebas necesarias para que el gato no nos atice un zarpazo a traición. Esta es la forma más razonable, que nadie lo ponga en duda, de mantener al minino a raya. De las campañas preventivas en cuestiones de Salud está casi todo dicho. Que son necesarias para que vivamos más años, en deterioro de la bolsa de pensiones, que deben ser programadas con inteligencia para no convertirlas en campañas de terror, y que se llevan un buen pellizco del presupuesto. Existen dos tipos de campañas, aquellas que abarcan todo el espectro que obliga a recomendar buenas costumbres: no fumes, bebe agua de la fuente y no vino, y si bebes una copa que sea de marca, no a las drogas, póntelo, pónselo, no comas chorizo, y otros muchos noes que con tanta repetición suenan a campanines de mi aldea. Otras campañas ponen su punto de mira en enfermedades concretas, con especial atención al tumor, prefiero esa palabreja que no la de cáncer, que viene del cangrejo o del signo zodiacal. Los órganos diana de este perverso adversario los conocemos de sobra y no pienso enumerarlos, aunque sí, me detengo en uno, para terminar este alegato, es la neoplasia (o cáncer) colorrectal. Ya se contabilizan 25.000, oyó bien, 25.000 nuevos casos cada año en nuestro país. El cabrón se pasa de castaño oscuro. ¿Existen campañas de prevención contra el CCR? Sí, el caso del País Vasco, entre otros, varios años funcionando lo evidencian. Luego, es necesaria. Y también necesario que la información sobre la colonoscopia, prueba esencial en el diagnóstico precoz de los pólipos, no molesta más de lo necesario y da una información que puede librarte el pellejo. ¿Qué es una campaña cara? Sí, pero con menos motivo nos hemos rascado el bolsillo.

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