Aunque me advirtieron que no habría ceremonia, me acerqué por la mañana hasta el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Alicante para presentar mis respetos. En la tercera dimisión consecutiva de un alcalde de Alicante sin agotar el mandato, la del socialista Gabriel Echávarri, no hubo exequias, tampoco luto ni elogio funerario. La despedida de Echávarri fue breve, aséptica, ajustada a pies juntillas a la normativa y sin una sola palabra de cortesía hacia su ausente persona, un acto propio de familias mal avenidas que tratan de pasar el mal trago público lo más rápido posible. No se habían cumplido los cinco minutos de reloj cuando la alcaldesa accidental, Eva Montesinos, daba por finalizado el acto fúnebre y abría las negociaciones de verdad para ver si logra los 15 votos que necesita para mantenerse en el sillón de la Alcaldía. No es cosa fácil, sobre todo teniendo en cuenta que la Alcaldía de Alicante se encuentra ahora en fase de subasta, al albur del mejor postor. En las conversaciones no oficiales se habla de lo que verdaderamente importa, de dinero, la raíz de todos los males según Shakespeare. El qué hay de lo mío a partir de 2019, en el nuevo mandato de la Diputación o del Ayuntamiento de Alicante, es fundamental para decidir si habrá finalmente alcaldesa del PSOE o alcalde del PP, algo que visto como está la cosa puede que no sepamos hasta que se cuenten las papeletas en el pleno de investidura. El tránsfuga, exCiudadanos, Fernando Sepulcre, con su desbaratada propuesta de proponerse para alcalde en un imposible gobierno local de concentración, dejó claro que está en el mercado y que no lo va a poner fácil ni a unos ni a otros. Ahora ha llegado el momento de pujar, y sin tonterías. ¿Quién ofrece a partir de 2019 una dirección general en el Patronato Provincial de Turismo? ¿Quién una gerencia en el Patronato Municipal de Turismo? Nerea Belmonte, exGuanyar, tampoco ha dado garantías de nada. Y lo peor de todo es que el PSOE tiene prisa, mucha prisa, porque tiene encima el martillo de Thor en forma de investigación por presunta financiación ilegal de campañas electorales que nadie puede asegurar que no les vaya a complicar las cosas mucho más en los próximos días.
