¡Sí, otro grano!. ¡Y van...!. A los inquilinos de la casona del marquesado de Arneva, de Orihuela, les ha salido otro grano -casi forúnculo- y, aunque suene mal, en «tol» ojete -palabra aceptada por la RAE e incluida en uno de los episodios de El Quijote cervantino- lo que les ha obligado a comprar «cojines ortopédicos antiescaras y anatómicos» -su precio ronda los 25/30 euros- para poder sentarse, aunque sea sobre un sólo glúteo para no «machacar» demasiado el orificio anal, ese por el que Camilo José Cela aseguraba poder «absorber un litro y medio del agua de una palangana, siempre que no esté demasiado fría», decía. Lo que llama la atención es que quienes están dispuestos a «controlar/fiscalizar» la evolución del incómodo y molesto «granaco», además de, llegado el caso, «reventarlo», dado que está pustuloso -¡enconao y con pus!- es un partido político aconfesional, Compromis -a saber; los herederos de la extinta IU o del PCE que, a nivel nacional, lideraron, entre otros, los Santiago Carrillo (señor de Paracuellos) o Dolores Ibarruri, «Pasionaria», y que, a nivel autonómico, abandera Moniqueta Oltra-, aunque esto, tratándose de Orihuela, no debería sorprender a nadie, porque en la «Muy Noble» todo es posible. ¡Ya se sabe que para ver cosas hay que estar vivo!.

Resulta que los «compromiseros» oriolanos -nada que ver con los «comuneros castellanos»- urgen «salvar la iglesia de San Agustín por su estado de abandono» y apelan a la «responsabilidad» para pedir al gobierno local (PP-Cs) que «emprenda acciones» para evitar que el templo se venga abajo. Estos chicos -¡angelicos míos!- recuerdan que «el inmueble está incluido en la lista roja -¡tenía que ser roja!- del Patrimonio Nacional». Siendo sincero, ¡la iniciativa me parece genial y voto por la recuperación del templo!. Aun así, me gustaría que los mocetones del «Compromiso», que en Oleza lidera un chaval que, por su nombre, Martín Borislavov, no debe ser natural/feligrés/originario de la «capital cultural» de la Vega, aunque siempre he defendido que «el hombre no es de donde nace, sino de donde pace», no hierren el tiro, ya que la iglesia -con minúsculas- de San Agustín, no es competencia/responsabilidad de los inquilinos de la Esquina del Pavo, sino de la Iglesia -con mayúsculas-, representada en la provincia por la Diócesis, que dirige el obispo Jesús Murgui, por lo que debe ser a él y no a Emilio Bascuñana -que puede ser cualquier cosa, menos cura- a quien hay que dirigir la petición. ¡Y lo digo desde el respeto, tanto a los chavales, como al obispo y al inquilino de despacho principal de Palacio!. Voy más allá, me sorprende -¡y mucho!- que se abogue por que el Ayuntamiento «abandere la recuperación» de un inmueble/edificio religioso cuando la vicepresidenta de la Generalidad Valenciana, también de Compromís -formación investigada por una presunta financiación irregular de campañas electorales-, está por la labor de que se cobren plusvalías a la Iglesia y que, cuando estaba en la oposición, denunciaba que se destinase dinero público para el mantenimiento de templos, como el de San Agustín. ¡Chavales; repito, me encantaría que la iglesia en cuestión se recuperase y se abriese al público, aunque a lo mejor vosotros lo destinaríais a menesteres distintos a los que impulsaron su construcción!. ¿Tal vez, en un recinto multiusos?. ¡No quiero pensar que lo vuestro sea «postureo»; vamos, pa salir en los papeles!.

Y como la cosa va de granos en el culo, me viene a la «cabesica» la «recuperasión de la plaça de bous». ¿He/han dicho recuperasión?. ¡Vamos a ver!, ¿después del berrinche que le dieron a mi amigo Pepe Sesca, cuando el pleno municipal declaró Orihuela ciudad anti taurina, ahora se habla de recuperasión?. ¡Si vivimos en una «siudá anti taurina»!, ¿cómo va a haber toros?. ¿Después del cabreo monumental que ha «pillao» Juanico Serrano, que incluso acusó al «one» de «terrorista cultural», habláis de «recuperasión»?. Lo que se va a levantar en el solar resultante tras el derribo del viejo coso taurino no tiene nada que ver con una plaza de toros, por lo que no está bien engatusar, una vez más, al personal, hablando de «recuperasión». Recuerdo que, no hace mucho y en la calle Mayor, pregunté a Rafa Almagro, portavoz del equipo de gobierno y concejal de, entre otras cosas, Urbanismo y Patrimonio, si en el «recinto resultante» se podrían dar corridas de toros. Me contestó que, «en un futuro, podría ser, por el momento no». ¡Pos ya está!. ¡Será un recinto multiusos en el que no habrá corridas, ni de toros!.

De seguir la cosa así, Orihuela va a ser la ciudad con más recintos multiusos por metro cuadrado. El problema es que en la «Muy Noble» no hay tanta demanda de este tipo de espacios como para la oferta existente. Por tener recintos multiusos hay uno, desconocido para la mayoría de oriolanos, en la mota del río, dirección Desamparados, que incluso tiene templete para la música, igual que en el Parque de las Espeñetas.. La pregunta es, ¿qué actividades se hacen allí?. La respuesta es fácil, ¡ninguna!. ¿Y el Teatro Circo?, ¿y La Lonja?, ¿y Los Huertos?, ¿y el escenario de madera de palmera que, en «el polideportivo», impulsaron los verderoles de Rate Guillén?. Sin embargo, la mayoría de eventos se hacen/celebran en la Glorieta. ¡Creo que la hemos «cagao», Mari Vurti!.