Supongo, amigo lector, que habrá usted recibido un montón de mensajes de whatsapp en los que se le pide que reenvíe estos mensajes a todos sus contactos. «Pásalo!». Es la palabra con la que suelen concluir siempre. Y la acumulación de esos mensajes, que probablemente reenviamos sin pensarlo dos veces, y casi siempre sin verificar la fuente, se ha convertido en un auténtico peligro, no ya por la efectividad que esos mensajes puedan tener sino por el riesgo de contaminación ideológica. Se suelen abordar todos los temas, pero donde creo debemos poner especial atención es en los mensajes de contenido político o social, porque al fin y al cabo estos últimos no dejan de esconder un intento de adoctrinamiento. Las últimas «invitaciones» se centraron en conseguir firmas para que no se derogue la Ley de prisión permanente revisable, que forma parte de la discutida Ley de Seguridad Ciudadana promulgada por el actual Gobierno en el año 2015; para muchos, esta ley esconde un intento de aplicar la cadena perpetua. Existen otros mensajes de diverso calado y contenido, pero probablemente es en el que se solicita la desaparición de las comunidades autónomas, es decir el intento de que acabar con el Estado de las Autonomías, el más preocupante. Quienes contamos ya con unos años sabemos lo que nos costó que los «padres de la Constitución» incluyeran en la misma el concepto autonómico que, de haberse aplicado correctamente, supondría en general una mejora de la vida de los españoles: nadie mejor que el dueño de la casa para conocer sus necesidades. Se argumentan muchos razonamientos en su contra, que es muy cara, que trajo desigualdades entre unas comunidades y otras, que€ Y probablemente hay mucha verdad en esas opiniones; pero no es menos cierto que pasados estos años de funcionamiento autonómico llega el momento de revisarlo todo. Sin embargo, hay una petición generalizada de que al menos la educación y la sanidad sean revertidas al gobierno central. Querer cargarse el Estado de las Autonomías me parece una frivolidad, existiendo tantos frentes por donde atacar. La conocida como Carta Magna fue sancionada por el Rey Juan Carlos I el 21 de diciembre de 1978, es decir que pronto se cumplirá los 40 años; los tiempos han cambiado y, como todo en la vida, los años han hecho mella. Corregir, revisar, reinterpretar€sí. Derogarla creo que no.
Pero volviendo a las redes sociales y su trascendencia por la repercusión que tienen, no hay más remedio que estar alerta porque si bien suponen una extraordinaria herramienta de enriquecimiento personal, también conllevan un peligro de adoctrinamiento, especialmente en las personas más vulnerables cultural e intelectualmente; además de la pérdida de tiempo que supone entregarse a ellas de forma fácil, en detrimento de otras actividades, por ejemplo la lectura. Más de uno nos sentimos abrumados con la cantidad de archivos que recibimos y que, en un porcentaje muy elevado, son irrelevantes; y en muchos casos, sencillamente basura. Los avances técnicos suponen progreso y enriquecimiento personal, siempre que los dominemos y no al contrario. En fin, amigos lectores, no queda otro remedio que mantener las antenas en continua atención, en estado de alerta. Como sabemos, el problema catalán continúa sin resolverse, y creando enfrentamiento entre partidarios y detractores que llegan a arruinar lazos familiares y amistosos, lo que supone una auténtica tragedia; el reciente asunto que puede acabar con el mandato de la señora Cifuentes como presidenta de la Comunidad de Madrid acapara la actividad política, y mucho más cerca, en nuestra ciudad, la señora Eva Montesinos, alcaldesa en funciones tras la dimisión de su antecesor, que no midió bien sus actos, libra una batalla tremenda para que el PSOE no pierda la alcaldía. No son temas triviales que bajo ningún concepto pueden ni deben crear opinión con un «Pásalo».
La Perla. "Si quieres tener éxito en las Redes Sociales humaniza tu marca. Relájate, disfruta de las conversaciones y sirve a todos, no solo a tus clientes"(Víctor García, bloggero)
