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Puertas al campo

Encuesta electoral

Podría preguntar por la intención de voto y obtener así algunas de estas respuestas.

Diana, 21 años, estudiante: «No voy a votar. Lo habría hecho por Podemos, cuando eran asamblearios con los círculos y se reunían en las plazas para discutir qué hacer. Pero eso terminó. Son un partido como los demás, solo que con ese tono comunista-caudillista que muestran en su estructura poco participativa y sí muy jerárquica. Y al que disienta, pues a la calle. O a algún puestecillo para contentarlo, como hacen los demás partidos. Nada, que no. Que no me esperen».

Manolo, 33 años, informático: «Nunca he votado. Me parece una forma muy tonta de perder el tiempo. Y no es por aquello de que votar es la manera de elegir a los que te van a dominar, que también. Es que los teatrillos que montan son de tal falta de seriedad que no merecen ni que me ocupe por ellos. Tengo amigos que siguen las declaraciones cambiantes de los políticos que terminan, por lo general, en acciones que poco tienen que ver con tales declaraciones. Para eso, prefiero esperarme a ver qué hacen que no perder el tiempo leyendo sus proclamas, falsas casi por definición».

Eva, 43 años, aparadora: «¿Partido Comunista? ¿Izquierda Unida? Eso ya no existe. Yo estuve con ellos hasta que se difuminaron todavía más. Ahora no veo quién les sustituya. Para votarles a ellos, que no lo haré, preferiría votar a los que se los han comido, que tampoco les pienso votar».

Antonio, 47 años, arquitecto: «He votado siempre PSOE, pero ahora tengo dudas ya que no sé a qué partido estaría votando, quién sería su señorito o señorita, qué línea cambiaría en cuanto me convenciera de que era la correcta y con quién acabaría aliándose. Demasiadas ambigüedades, demasiadas peleas internas escenificadas en la plaza pública, demasiadas zancadillas y demasiados egos hinchados. ¿Propuestas? Pues o las que contienen un exceso de verbalismo o las que ya se sabe que no van a cumplir o las que no hay quien entienda. Y hablo del PSOE. Peores son los que ponen otras letras locales donde la E».

Evangelina, 51 años, maestra: «Harta del PP, me ilusioné con Ciudadanos, pero he perdido el entusiasmo. Hubo un tiempo, y no hace tanto, solo tres años, que era un partido centrista y centrado. Y joven. Ahora solo le queda lo de joven y eso, como bien sabemos, se cura con el tiempo. Es un partido tan de derechas como el PP y hasta podría serlo más. Se han pasado más de cuatro estaciones con lo de Cataluña. Casi más catastrófico para el futuro que lo del PP. Sí, han sido el partido más votado allí y quieren sacarle rentabilidad al asunto. Pero una cosa es predicar y otra dar trigo. Algo de experiencia no les habría venido mal. Y no digo nada sobre sus propuestas para la huelga del 8 de marzo».

Evaristo, 69 años, jubilado de Banca: «Primero voté por UCD, después por el PP, pero ahora no sé qué voy a hacer. Me han desilusionado con su falta de acción. Demasiado pasivos, aunque en Cataluña parecía lo contrario, pero demasiado chapuceros. Además, me han insultado con la dichosa cartita congratulándose con el aumento de mi pensión en un 0,25, como si yo no supiera nada de coste de la vida o inflación. Encima, soy de los beneficiados porque un 0,25 de los 2.200 euros que cobro ahora no es lo mismo que un 0,25 de lo que está cobrando la señora de la limpieza de mi antigua oficina. Parece que lo que más saben es tirar del argumentario, sin concretar, con algún que otro chantaje como el de los presupuestos, y, encima, riéndose de nuestras movilizaciones o de los másteres de nuestros nietos».

Josemaría, 74 años, sociólogo: «Los algoritmos que utilizan para pasar, en un cuestionario, de respuestas a estimaciones de voto (eso que llaman «cocina») suelen ser, en la mejor de las hipótesis, un reflejo de las opiniones del colega que las hace y, en la peor, una forma más de intentar manipular a la opinión pública, como se han encargado de explicar sociólogos experimentados que conocen el percal. Entiendo las razones de estos supuestos entrevistados, pero no me atrevo a convertirlos en representantes del conjunto de los electores. Sí creo que reflejan lo que parece ser una tendencia no solo española (ha pasado, sin ir más lejos, en Italia, aunque no en Rusia): Más abstención. En general tiene que ver con la oferta».

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