El otro día dudábamos en la redacción sobre qué futbolista rival compartía foto con el herculano Juli en una pugna por un balón en uno de los remotos campos del grupo III de la Segunda División B. La empresa se las traía: veinteañero, brazos tatuados, barba perfilada y tupé de papel couché. El prototipo de futbolista de 2018.
¿Dónde quedaron los jugadores feos? ¿Dónde quedaron tipos como Jim Leighton, aquel portero escocés desdentado y que se pintaba unas rayas molonas sobre las cejas para evitar el reflejo del sol? ¿Dónde quedó el estrámbotico look barbudo del estadounidense Alexi Lalas o del rastafari Cobi Jones? Ese exotismo yanki se echará de menos en el próximo Mundial que comenzará en poco más de dos meses.
Precisamente en las citas intercontinentales es donde no hay duda nunca de quién es Alemania, aunque todas las selecciones jugaran con la misma indumentaria. El viernes el conjunto de Joachim Löw fue bailado al antojo de España y, pese a ello, no hincó la rodilla. Por eso es siempre temible. Ambas son, junto a Brasil y Argentina, las favoritas sobre el papel y el césped para auparse a lo más alto el 15 de julio en el estadio Luzhniki de Moscú. El cuadro de Lopetegui rozó la perfección durante la primera parte y presentó firmemente su candidatura a ser respetado desde antes de que eche a rodar el balón en Rusia.
Con el estilo de fino y paciente arquitecto de siempre desarboló España a Alemania con las últimas puntadas de un Iniesta que sigue siendo diferencial. A los cinco minutos ya había diseñado un camino para que Rodrigo reafirmara la apuesta del seleccionador de colocarlo por delante de Diego Costa y de Morata. Entre ellos estará el «nueve» español del Mundial, la única incógnita de una alineación que ya resuena casi de carrerilla. Atrás el «palomitero» De Gea despejó balones y dudas tras una actuación cuestionable ante el Sevilla en Champions. Será su primer Mundial. La renovación tras el fracaso de 2014 ha sido radical y quedan ya lejos los últimos servicios de los Casillas, Xavi, Torres, Alonso y Villa, que tocaron la gloria en 2010 en Sudáfrica.
Piqué, Ramos, Busquets y Silva asumirán más galones todavía y la hornada de Isco y Carvajal asume en plena madurez el reto de la mano de su técnico de la sub'21.
La Alemania de Kroos, Draxler y Müller, que va a por el récord goleador de Klose en los mundiales, firmó una fase de clasificación inmaculada. Tampoco la España de Lopetegui conoce la derrota. Y el martes llega Argentina al Wanda, otro campeón del mundo para calentar la espera de la gran cita. Y traen a Messi, que pese a lucir brazo tatuado y barba perfilada da lustre a todo lo que toca.
