Vives sigue vivo

Se representó el pasado mes de febrero en el Paraninfo de la Universidad de Alicante, y ahora se ha podido ver en el Principal con una desoladora entrada de espectadores. No es un teatro para mayorías en función de los intereses generales del gran público. Ni siquiera acude una más nutrida minoría. Vale sembrar para atraer a nuevos asistentes, incluso a estudiantes de secundaria en este caso, pero la cosecha no es la idónea aunque sea bueno programar este tipo de obras. ¿Recuerdan ustedes lo que se llamó Primavera Valenciana con los sucesos acontecidos en nuestra Comunidad y las protestas por la devaluación de la enseñanza pública y los recortes, así como las cargas policiales contra los alumnos del Instituto Lluís Vives de Valencia y el movimiento estudiantil en 2012? Algunas imágenes de vídeo y el cantautor Pau Alabajos nos sitúan al empezar Vives, de Gabriel Ochoa, director del sencillo montaje que interpreta la compañía El Punto G con Sergio Caballero y Laura Romero. La dramaturgia se divide en tres tiempos teatrales, hoy, ayer y mañana, para reflexionar sobre la educación, la filosofía y la injusticia. La segunda parte recoge aspectos del humanista valenciano del siglo XVI, Lluís Vives, que siguen vigentes y se relacionan con las otras dos situaciones de una propuesta escénica basada en el desarrollo del diálogo. El profesor y la alumna plantean la necesidad de defender la ética, y se airean tres preguntas y el problema de la generación perdida (desmovilizada) por la agresión del neoliberalismo. ¿Por qué el pensamiento se convierte en herejía? ¿Por qué la ideología se convierte en política? ¿Por qué la política se convierte en clientelismo? En este contexto actúan los actores en lengua valenciana, correctamente, según las pausadas directrices de Gabi Ochoa, y la guitarra y algunas letras que canta bien Pau Alabajos. El libro, arma de «construcción masiva». Los libros contra las porras. Y los nobles valores de la diversidad, la solidaridad, la autoestima y la superación. Lluís Vives reformó las ideas educacionales y fue defensor de la cultura de la mujer. Defendió la bondad, la prudencia, el fin práctico del conocimiento. El bienestar mediante la educación.