El pasado viernes, ante la crítica situación política e institucional en la que se encuentra el Ayuntamiento de Alicante, el Partido Popular anunció una moción de censura como alternativa al bloqueo en el que está nuestra ciudad. Todos coincidimos en el diagnóstico: el socialista Echávarri, acosado por la Justicia, debe dejar la Alcaldía más pronto que tarde. Así que a partir de este momento, habrá que pedirle responsabilidad a todos y cada uno por lo que está pasando. El enroque del alcalde, el único de la historia de Alicante que ha seguido en el cargo pese a estar procesado, mantiene paralizada la ciudad desde hace ya muchos meses.

Ante esa situación, los partidos políticos sólo tienen dos opciones. Explorar alternativas al gobierno de Echávarri o no hacer nada. El Partido Popular tiene claro que Alicante es lo primero y es nuestro deber actuar, como dirigentes que hemos sido elegidos para representar a miles de alicantinos, para buscar las soluciones a un problema concreto de claro desgobierno que demandan nuestra ciudad y nuestros votantes. Si nos quedásemos a verlas venir, luego no habría justificación para el lamento por la situación de la ciudad. Estamos en marzo de 2018 y precisamos de soluciones para el más de un año que aún falta hasta las próximas elecciones. Los alicantinos, a buen seguro, tomarán nota sobre quienes ahora esquiven su responsabilidad de hacer frente a los problemas de Alicante.

Hace tres meses, 15 de noviembre del pasado año, Ciudadanos retó al PP a plantear una moción de censura contra Echávarri. Muy bien, aquí está la moción de censura. ¿Queremos acabar con el gobierno de un alcalde procesado o no? ¿Quiere Ciudadanos ayudarnos o prefiere que siga Echávarri?

Sabemos que la moción de censura es una opción de muy difícil consecución, pero ¿qué otras opciones tiene el PP de revertir esta situación de degradación y desgobierno? Con la ley en la mano es posible sacar adelante esta moción de censura, así que no podemos dejar pasar esa posibilidad. Hay que intentar hacer política y buscar consensos. Sólo será inviable esta moción si otros la hacen inviable. Si otros optan por perpetuar un gobierno como el del Botànic o más tripartitos que han llevado a la ciudad a su actual punto de deterioro, donde los indicadores señalan que estamos creciendo por debajo de la media de nuestra provincia y de la Comunidad. A buen seguro que los alicantinos no lo olvidarán. Por ello, apelo a los concejales de Ciudadanos y del resto de fuerzas políticas, como Guanyar, Compromís y PSOE, a que reflexionen y no vuelven a votar la investidura de otro alcalde socialista ni perpetúen al actual. No se mantengan en el «no es no» que ha tenido a la ciudad paralizada. Votar a favor de un fuerza política que no es la más votada por los ciudadanos se puede intentar justificar como un error, pero hacerlo dos veces ya no lo es. Es algo premeditado.

Si los partidos se mantienen en esa cerrazón, lamentaremos esa falta de voluntad política por arreglar la situación. Lo lamentaremos profundamente, porque eso significa condenar a los alicantinos a las malas políticas llevadas a cabo en estos últimos años. Mantenemos nuestra oferta y emplazamos a los grupos políticos a reconsiderar su negativa irresponsable que deja a los alicantinos en un callejón sin salida.

En una ocasión, le preguntaron a Benjamin Disraelí, el famoso primer ministro británico del siglo XIX, cuál era la diferencia entre una desgracia y una catástrofe. El político inglés lo explicó con claridad y dijo: «Si Gladstone -su rival político- cayera al río Támesis y se ahogara, eso sería una desgracia; pero si alguien lo sacara del agua, eso sería una catástrofe». Donde Disraeli dijo Gladstone pongan a un gobierno socialista como el que sufrimos en Alicante en cualquier combinación de tripartitos o bipartitos con los nacionalistas de Compromís. Si alguien colaborase para sacar del agua a este gobierno que no ha funcionado, sería una catástrofe para Alicante.