En nuestra ciudad, al igual que en muchas otras durante la guerra civil de 1936-1939, se construyeron diversos refugios antiaéreos para proteger a la población de los bombardeos de la aviación franquista. Por suerte, Elx no llegó nunca a ser bombardeada, al contrario que, por ejemplo, Alicante que lo fue varias veces y, en especial, es de recordar el cruel ataque al Mercado, que ocasionó una matanza de civiles.

La Generalitat Valenciana, con buen criterio, aprobó el pasado año la Ley 7/2017 de 7 de abril, por la que se modifica la Ley 4/1998, de Patrimonio Cultural Valenciano, para incluir, entre los elementos a proteger, como Bienes Inmuebles de Relevancia Local, «el patrimonio histórico y arqueológico civil y militar, de la Guerra Civil en la Comunidad Valenciana?», y, en su preámbulo cita, expresamente, como elementos a proteger, entre otros, los refugios.

La existencia de varios de estos refugios en Elx estaba documentada en el Ayuntamiento desde siempre y era conocida, por diversas circunstancias, alguna de ellas trágica, como el caso del situado en la Plaça de El Raval.

Por ello, resulta extraño que, ante el polémico proyecto de derribo del Mercado Central y su sustitución por un centro comercial con un aparcamiento subterráneo de más de 300 plazas, en plena Vila Murada de la ciudad, haya transcurrido casi un año desde la aprobación de la modificación de la Ley de Patrimonio Valenciano sin que el Ayuntamiento, conocedor de la situación de los refugios y del previsible impacto en ellos de la construcción de dicho macroaparcamiento, no haya instado, hasta ahora, a su estudio y consideración por parte de los técnicos municipales y puesto en conocimiento de la Conselleria, a los efectos correspondientes y, especialmente, por lo que podría suponer para modificar sustancialmente o impedir la ejecución del citado proyecto urbanístico, tan agresivo, en pleno centro de la ciudad. Téngase en cuenta que las excavaciones arqueológicas que se están haciendo,¡ lo son a escasos dos metros de profundidad que, ya de por sí, parecen bastante superficiales en dicha zona pero que, tratándose de refugios antiaéreos, que suelen estar entre 7-14 metros de profundidad, por pura lógica, es imposible que aparezcan con la búsqueda tan timorata actual.

Ha tenido que ser el colectivo Salvem el Mercat el que, en una rueda de prensa, dio a conocer un magnífico documento, preparado por Gaspar Agulló, desde Ecologistes en Acció-Margalló, en el que se describía toda la situación, con documentos, planos y propuestas de actuación y se advertía, de nuevo, de que si continuaba el proyecto podría afectarse irremediablemente un patrimonio que la propia Generalitat ha declarado que debería ser protegido por su relación con la historia reciente de nuestro país. Se le pedía al Ayuntamiento que tomara cartas en el asunto, de forma urgente. No sólo podría salvarse un patrimonio importante, sino que también podría, de acuerdo con el contrato de la obra, evitarse una actuación lesiva a los intereses de la ciudad.

Afortunadamente, en la junta de gobierno local del pasado día 2 de marzo, el grupo de Compromís propuso estudiar el tema y así se aprobó, según dijeron portavoces del equipo de gobierno en posterior rueda de prensa. Más vale tarde que nunca. Puede ser un punto de inflexión en un tema envenenado, que dejó el anterior Gobierno del PP. Conselleria y Ayuntamiento deben coordinar esfuerzos para constatar dichos refugios así como exigir las excavaciones pendientes en el entorno de los Baños Árabes y que parece que se quieren obviar.

Aunque no deja de ser curioso que, de nuevo, en un tema tan polémico y sensible, hayan tenido que ser colectivos ciudadanos, y no el equipo de gobierno municipal, los que hayan puesto en evidencia probables defectos de envergadura en el proyecto del centro comercial, que se ha cargado el histórico Mercado Central. Ya pasó con el tema del estudio de tráfico del que, a pesar de que se dice en el PRI que el proyecto se ajustará al mismo, éste estudio no existe, con lo cual es fácil adaptarse a él. Debe ser un papel en blanco. Es increíble cómo se pudo aprobar un plan con ese rigor y que nadie se diese cuenta, ni antes ni después, hasta que Àgora d'Elx y Salvem el Mercat denunciaran que no existía tal documentación.

Demasiados «errores» en la tramitación de este expediente. Y eso que no se ha podido acceder a la totalidad del mismo, a pesar de la transparencia declarada. Debe ser cosa del pudor o algo peor. Esperemos que los refugios, si los hallan, y que se construyeron para salvar a la población de los posibles bombardeos en la guerra, permitan salvar, 80 años después, a la ciudad de una obra innecesaria y perjudicial para el interés ciudadano.