He podido ver y leer en internet algunos comentarios referidos al Himno a Orihuela del ilustre músico oriolano Carlos Moreno, y en honor a la verdad e incluso los relativos a los datos que allí aportan los profesores Margarita Sánchez Nortes y José Manuel Espinosa debo al menos matizar ciertos comentarios, incluso los alusivos a la tesis presentada por ésta sobre él.

Corría 1980 y el que suscribe era vicepresidente ejecutivo del Conservatorio de Orihuela y miembro del grupo de UCD en el gobierno local de entonces. Recibí a los visitantes de «La casa de Orihuela en Alicante», encabezada por su presidente, señor Mogica, quien me presentó a varios de los ilustres visitantes; entre ellos, a José María Moreno, hijo de Carlos Moreno. Yo tenía en mi casa un disco grabado por la Banda Municipal de Alicante en el que llevaba una preciosa y admirada composición de él llamada: «Orihuela Marcha Mora».

Entrando en conversaciones con el maestro Moreno Hijo y ya que ambos éramos músicos, le comenté entre otras cosa que se sabía que su padre había compuesto un Himno a Orihuela, que se había interpretado de forma muy modesta en alguna Fiesta del Azahar en el Casino, cantado por voces del Coro Mixto de la Catedral, así como en alguna efeméride del Día del Pájaro, durante la misa, aunque con muy pocos instrumentistas. Le comenté que estando en ciernes la formación del Conservatorio de Orihuela ese asunto lo podríamos solucionar pues incluso había fichado a dos importantes músicos y compositores como profesores: Manuel Berna y Manuel Moya. Como los dos eran conocidos por José María, en ese momento me dijo: «Al Himno a Orihuela de mi padre le vendría muy bien y sonaría mucho mejor que fuese interpretado por un coro de voces mixtas y banda, ya que ese es el sonido real del pueblo, pero habría que hacerle un arreglo para banda pues el que hay es de orquesta». Yo le contesté de inmediato: «Yo me encargo de eso, maestro».

Así fue como le hice el encargo a Manuel Berná, ya director del Conservatorio, y quedé a la espera de recibir las partituras originales que, por cierto, me las envió José María a través del vicepresidente de La Casa de Orihuela en Alicante, Ruperto Gutiérrez.

Por aquellos días y siendo yo responsable del Conservatorio de Orihuela se las entregué a Manuel Berná, quien era ya a la sazón el director y accedió con sumo gusto a hacer aquella adaptación a la que me había comprometido. Al mismo tiempo me comprometí también con José María a buscar una subvención para realizarlo a imprenta. Incluso me entregó una copia del documento del accésit con el que fue galardonado en aquel Concurso del 3 de marzo de 1918, de cuyo documento tengo una reproducción (que aquí pueden ver) que al parecer es el único que existe y que José María Moreno me envió junto con una carta de agradecimiento de su puño y letra. Después conseguí la subvención del Pre-Consell valenciano presidido por el señor Monsonís y que fue gestionada por el director general de Cultura, José Manuel Ricart Lumbreras. Así fue editado por la empresa valenciana Mari Montañana y reestrenado con su nueva versión para banda y coros por nuestra: Unión Lírica Orcelitana, de la que fui doce años presidente, y por el Coro Mixto de La Catedral. A los ciudadanos a los que se les entregó unos folletos con la letra del Himno.

Para terminar diré que esta es la verdadera versión y última historia de nuestro himno, no bien contada en internet en la tesis de Margarita Sánchez. En lo referente a Cartos Moreno es aceptable, pero no en cuanto al himno y la cesión de las músicas de su hijo y totalmente injusta de lo contado por José Manuel Espinosa, que no consultó con quienes conocimos y tratamos personalmente al donante a Orihuela de estos importantes documentos y de todas sus composiciones referidas a las de Moreno hijo, de lo que me siento satisfecho de haber conseguido su donación. Tal vez le faltó más contacto directo con quienes le conocimos en vez de basarse fundamentalmente en archivos históricos, influenciados por personas ajenas a estos tan relevantes sucesos y personajes.

Todo ello lo tengo documentado en mi archivo personal y lamento que las antes reseñadas, no tuvieran a bien consultar en fuentes más cercanas y objetivas al bien principal.

No entro a valorar el trabajo técnico de la profesora Margarita Sánchez, pero sí en lo referente a la relación humana del músico José María Moreno Mateo con sus paisanos y que, por amistad y el gran amor a su pueblo, hizo que su extraordinaria obra musical fuese entregada altruistamente a Orihuela por mi mediación: ¡Algo de lo que me siento profundamente orgulloso!.

Nota: Después la editora me envió una partichela del clarinete tercero a causa de una errata.