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Francisco Esquivel

Sí, mi equipo es mú grande

El 6 de febrero del 58, el día que apagaba las velas de mi segundo cumple, el avión del United se estrellaba en Munich y como durante el Mundial del 66 me embrujó un superviviente llamado Bobby Charlton, nunca he podido evitar cierta atracción por el trágico halo que irradia Old Tradford. El año del accidente el Sevilla de Antoniet -ídolo de mi padre-, Arza, Bustos y Campanal alcanzó los cuartos de la Copa de Europa y se inauguró el Sánchez Pizjuán, aunque ya antes me llevaron en brazos a ver la colocación de la primera piedra. Y esos fueron mis 45 años siguientes de fiel sufridor: una piedra. Por eso y por tantas razones la cita de Champions, en este siglo que es gloria bendita, era tan especial para mí y para el sursum corda. A pesar de tratarse del pase a cuartos, nunca me han acribillado de este modo a mensajes nada más perforar las redes del todopoderoso anfitrión. Eran muchos los ingredientes que se juntaban: milagrosamente nos televisaban en abierto; se estima que los partidos disputados por los reds devils son seguidos por 600 millones de espectadores en todo el mundo, por lo que con que solo se nos venga el diez por ciento tras el baño, la tienda de Nervión no va a dar abasto y porque por ahí andaba el entrañable Mou. Solo Ansar le ha reportado tanto apoyo al oponente. Desde que el cabal Roberto Alés tomara una nave a la deriva tan discretamente que ni les sonará y, sin un duro pero con gente que lo siente como Monchi y Caparrós impulsara un plan de choque, se le ha dado y de qué modo la vuelta al calcetín. Con las dos que disputará próximamente, mi equipo habrá jugado 17 finales en 12 años que se dice pronto para alguien arraigado en la pertinaz sequía. He estado en algunas de aquéllas y en eliminatorias, incluída la del gol de Puerta, pero es que conozco parados que no se han perdido un viaje. Hay que ser artista. También es verdad que más caro está saliéndole a los suyos el trajín europeo que viene marcándose Puigdemont, aunque su juego, eso sí, sea espectacular. Qué manera de fintar.

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