En 1905, el historiador y cronista honorario de la ciudad de Orihuela, publicó en la Tipografía de Cornelio Payá una obra que quedó inconclusa, pues sólo se editaron 144 páginas, con el título «Los oriolanos de antaño. Memorias de 1700 a 1760». En ella, se habla del arzobispo, patriarca de Antioquía y cardenal «in pectore» Fernando de Loazes, aunque la trama se desarrolla poco más de setenta y cinco lustros después del fallecimiento del mismo. No deseamos tratar de aquellos y de otros personajes coetáneos a Loazes, sino perpetuar como oriolanos de antaño de 1918, a algunos de ellos de hace un siglo, nacidos en Orihuela o simplemente vecinos de ella, que fueron protagonistas de la conmemoración del septuagésimo quincuagenario del fallecimiento del prócer que favoreció a los dominicos y nos legó uno de los monumentos más importantes de nuestra Comunidad.

En este año de 2018, hemos comenzado a recordar aquel 450 aniversario, y el día 1 de marzo se celebró en el Colegio Diocesano Santo Domingo un acto memorial y la inauguración de un aula museística en la que, de forma sencilla y a la vez solemne, se rememora a Loazes y el devenir de la vida de este emblemático edificio del que todos los oriolanos nos debemos sentir orgullosos. Sin embargo, en aquel lejano 4 de marzo de 1918, fueron unas honras fúnebres oficiadas por el obispo Ramón Plaza y Blanco, y en las que ocupó la sagrada cátedra, el oriolano, deán de la catedral de Cartagena en Murcia, Julio López Maymón, que se alzó con uno de los premios del Certamen-Literario con una biografía del arzobispo.

La iniciativa de llevar a cabo esta efemérides fue del bigastrense, J. Rufino Gea Martínez, y el Comité Organizador estuvo presidido por el eldense Agustín Cavero Casañes, deán y provisor del Obispado de Orihuela.

Nuestro Teatro Circo, hoy dedicado al dramaturgo oriolano Atanasio Díe Marín, fue el marco que acogió el 3 de marzo de 1918 a las 9 de la noche dicho certamen. En el transcurso del mismo se estrenó el «boceto dramático» en un acto y en verso, escrito con tal motivo por el cronista J. Rufino Gea, titulado «D. Fernando de Loazes en las Cortes de Monzón». Entre los actores que intervinieron encontramos a algunos jóvenes oriolanos que, con los años destacaron en distintos ámbitos, como José Marín Garrigós en la Judicatura y Fiscalía, además de como periodista y novelista, y Ángel Ezcurra Sánchez, también jurista y periodista. Así como otros personajes dentro del ámbito local, como el terrateniente Federico Linares Pescetto y Eugenio Cases Fructuoso, sin dejar a un lado, la intervención de una sección de los Exploradores Oriolanos, que presidía Adolfo Wandosell Calvache, marqués de Arneva.

Entre los trabajos premiados en dicho certamen, debemos recordar el «Himno a Orihuela», con música del oriolano Carlos Moreno Soria y letra del sacerdote crevillentino, oriundo de Orihuela por parte de sus abuelos maternos, José Maciá Abela que firmaba con el seudónimo « J. Montañés».

De todo ello se hizo eco «El Conquistador», que dedicó un número monográfico el 2 de marzo. Entre sus firmas aparecía la de « A. Hernán», bajo cuyo sobrenombre encontramos al canónigo Luis Almarcha Hernández que, con los años, fue obispo de León.

El periódico citado concluía su edición de la siguiente forma: «El Conquistador cierra el presente número con un viva a Orihuela y al ilustre patricio cardenal Loazes».

Por nuestra parte, finalizamos teniendo un recuerdo a aquellos oriolanos y personajes relacionados con la Orihuela de antaño, en que se vislumbraba una de las peores epidemias sufridas en toda España: «la grippe de 1918».