No fue escrito por él, pero se le atribuye a Forges, genio y creador del bocata, el mensaje de que no somos mediocres por casualidad, sino porque nos hemos empeñado en serlo. Lo peor es que además de mediocres nos dedicamos a destruir y criticar lo bueno. Encima, con toda buena intención, damos «útiles consejos» a los que queremos para desanimarlos en sus iniciativas. Quién no ha oído eso de «si es que siempre te estás metiendo en líos», o eso otro de «tío tú píllate un puesto fijo que es lo que te da seguridad». Bienintencionado, sí, pero frena las iniciativas, coarta el emprendimiento y capa el futuro tuyo y un poco el de todos.

En mis clases preguntaba a mis alumnos de primero de Universidad qué querían ser y en lugar de inteligentes, preparados, emprendedores, empresarios o prestigiosos historiadores, la inmensa mayoría contestaba que su ambición se encaminaba al funcionariado. Si con nuestra política educativa hemos conseguido que gentes de 19-20 años piensen así, es posible que hay que repensarlo todo.

Necesitamos un gran impulso, suscribo que somos un gran país pero algo habrá que hacer. El conocimiento es fundamental, los españoles nos avergonzamos de nuestra historia, es sorprendente, porque ni la conocemos.

Para Alicante, ¿se sabe qué ha supuesto nuestro pasado islámico? ¿Se sabe qué cambió con la intervención de Jaime II en 1296? ¿Sabemos en qué bando estuvimos en las guerras internas? ¿Por qué se dice que somos una ciudad liberal o qué era Lucentum o quién fomentó el Ensanche o construyó la Explanada? ¿Quién sabe por qué el castillo se apellida Santa Bárbara o quienes fundaron Benalúa o Sagrada Familia? ¿Cuáles son las partidas de nuestro término municipal? Y lo más importante, ¿esto lo estudian los niños en el colegio?

Hay que asumir que, si creemos en lo nuestro, hay que apostar por ello en todos los frentes. Otra triste obviedad, solo nos atrevemos a sacar la bandera por los triunfos del deporte. Somos víctima de nuestro complejo, fruto del desconocimiento. La bandera de España es nuestra bandera y mientras suene facha o les parezca a la gente supuestamente progre que lo suyo es seguir a pies juntillas la letra de Imagine de John Lennon, los países que creen en la suya y la respetan y aprecian nos tendrán ventaja como pueblo.

En positivo y sin complejos creo que deberíamos jurar bandera quien no lo haya hecho y cuanto más progresista seas más deberías hacerlo. No nos puede chirriar tanto la enseña por inteligencia, si lo hacemos se la estamos dando a una parte de la sociedad y eso es absolutamente estúpido.

Para dejar de ser mediocres hay que actuar con inteligencia, esa inteligencia que comprobé en una ciudad de Dinamarca donde en su plaza mayor había una única vieja bombilla colgando en medio de la plaza del Ayuntamiento. Curioso, pregunté al representante del Consistorio que nos acompañaba diciéndole si en mi ciudad alguien ve esto diría: «hay que ver el alcalde que no tiene para poner otra cosa mejor que una triste bombilla de m...». Era la primera bombilla que se puso en esa ciudad danesa y seguía funcionando. Todo el mundo lo sabe en esa localidad. Y me dijo más: «Aquí dirían si el alcalde ha puesto esta bombilla aquí por algo será». Qué envidia.