Billy Elliot es una sensible y emotiva película que narra cómo en un pequeño pueblo inglés las decisiones de una Margaret Thatcher recién llegada al poder afectan duramente al sector minero, iniciándose duros enfrentamientos entre la policía y los piquetes de huelguistas e intensificándose los conflictos entre la clase obrera y el gobierno.

Y es en ese ambiente donde se desarrolla la historia de un niño de familia trabajadora que, con un talento especial para la danza y pleno de ilusiones artísticas, deja las clases y los guantes de boxeo por unas zapatillas de baile, enfrentándose a un difícil entorno familiar y social que le lleva a realizarlo inicialmente a escondidas. Y el musical sobre esa historia que narra las dificultades del joven Billy, y el posterior y emotivo apoyo de la familia en la pequeña ciudad del norte de Inglaterra, en la cual los hombres practican el boxeo y trabajan en la mina, llega a Madrid, y al nuevo teatro Alcalá, en una representación de dos horas y media que se me antoja excesivamente larga y en la que destaco la intervención de los niños artistas, en una espectacular representación de luces, música y decorados que acompañan la conocida historia de solidaridad obrera, lucha, coraje y sueños hechos realidad.

Y es que en la vida nada hay imposible si somos capaces de creer que todo aquello que anhelamos puede hacerse realidad, para lo cual hay que olvidar el miedo al fracaso y esforzarse por superar fronteras y alcanzar sueños, sin asustarse por el qué dirán, y levantándose una y otra vez hasta haber cumplido el objetivo, creyendo en uno mismo y en posibilidades que inicialmente parecen muy difíciles pero que, con esfuerzo y motivación, serán realizables, aplicando el talento, la fuerza y los recursos necesarios para hacer realidad cuanto deseas en tu vida.

Como debiera ser la autoafirmación personal y el ser capaz de hacer frente a las resistencias familiares y sociales, sabiendo que es lo que en realidad se quiere hacer, y encontrando la fortaleza para superar dificultades, con autoestima, confianza en las propias posibilidades y en las cualidades de cada uno, aunando inspiración, talento y esfuerzo.

Como consigue el protagonista de esa bonita historia que de manera sutil narra las dificultades de un chico que consigue hacer realidad sus sueños, y que con motivación y personalidad, ayuda y ahínco consigue cumplir su ilusión, y además el respeto y reconocimiento de su padre en principio enfrentado a él como sucede a modo de inflexión en la emotiva escena en la que, sorprendido en el baile, continúa el niño en su valiente y brillante coreografía ante su inicialmente estupefacto y airado y más tarde desconcertado y reconocido progenitor.

Así que, lo dicho, aunque cueste, intenta cumplir tus sueños y deseos, y vive tu vida y sé feliz. Y claro, baila, ahora, ¿por qué no?, si es lo que estás deseando. ¡Fíjate que empieza la música, ya!