Este fin de semana, el atletismo ha vuelto a acaparar la actualidad. Se disputaba el Campeonato del Mundo en pista cubierta en Birmingham, y los resultados obtenidos por los atletas españoles han sido buenos y más que esperanzadores para el futuro. España ha llevado un plantel de atletas de los que destaca su juventud: 22 años de Ana Peleteiro, 23 años de Saúl Ordóñez, Álvaro de Arriba y Marc Alcalá, 24 años de Óscar Husillos, Lucas Búa, Laura Bueno y Marta Pérez, y a excepción del incombustible capitán del equipo Ángel David Rodríguez, el resto no supera los 27 años.

Pero, además, esta promoción de atletas nos ha demostrado que compite de tú a tú con los mejores especialistas mundiales, sabe plantar cara hasta el último momento, e incluso, sabe estar en la lucha por las medallas y por alcanzar plaza de finalista. Aun compitiendo todos ellos de manera notable, tenemos que destacar la actuación de Oscar Husillos, que ganó su serie eliminatoria, ganó en la semifinal, y ganó en la final quedando campeón del mundo, y con un registro que era récord de Europa. Lamentablemente, en plena celebración del título y de la marca conseguidos, le llegó al propio atleta, a la delegación española y a todos los espectadores la noticia que había sido descalificado.

¿Fue ésta una descalificación correcta desde el punto de vista reglamentario? Sí que lo fue. El artículo 163.3.a del Reglamento indica que «en todas las carreras por calles, cada atleta debe mantenerse desde la salida hasta la meta en la calle que le fue asignada. Esto se aplicará a cualquier parte de una carrera que se corra por calles». Éste era el caso, la prueba de 400m de pista cubierta, en la que se corre por calles hasta el final de la segunda curva, y después se pasa a tomar calle libre. Por otra parte, el Reglamento indica que la calle incluye además la línea delimitadora de calle de su derecha, pero no la de su izquierda. Es decir, la decisión del juez árbitro de vídeo fue reglamentariamente correcta.

¿Fue ésta una descalificación justa? Habrá muchas opiniones al respecto, pero creo que el sentir general dentro del mundo atlético es que en el caso de la final de 400m, la aplicación del Reglamento no hizo justicia. Es obvio que el Reglamento tiene que tener previsto alguna medida para aquellos/as atletas que intentan reducir la distancia a correr invadiendo la calle de su izquierda, y por ello existe la norma. Pero cuando estamos hablando de una carrera en el anillo de la pista cubierta, donde los atletas encaran las curvas peraltadas a la misma velocidad que corren un 200m al aire libre, y en lugar de correr en una calle de 1,22m de ancho, en pista cubierta tienen una anchura entre 0,90m y 1,10m, es posible que se produzcan estas situaciones.

A la situación que me refiero es que el hecho de pisar la línea delimitadora no se produce por el deseo de querer reducir la distancia a correr, sino por un ligero desequilibrio cuando se corre por una curva peraltada a una velocidad tan alta. En estos casos, el Reglamento tendría que adecuarse para que cumpla la finalidad que persigue: que sea una competición justa.

El Reglamento de atletismo es un documento dinámico, que se va actualizando cada dos años en base a las propuestas recibidas bien por las federaciones nacionales, bien por el propio Comité Técnico de la IAAF, y que el cambio de cualquier normativa debe refrendarse en el Congreso de la IAAF formado por todas las federaciones integrantes.

No creo que dentro de la Federación Internacional fuera mal recibida una solicitud en el sentido que diferencie entre la intencionalidad de pisar la línea cuando es por acortar la distancia a correr o cuando es por puro desequilibrio. Lo importante es tratar de que situaciones como la que ha tenido que vivir Oscar Husillos no vuelvan a sucederse en el futuro.