Cartas de amor - Teatro Principal de Alicante
De A. R. Gurney. Reparto: Julia G. Caba y Miguel Rellán. Dirección: David Serrano.
El restrictivo ejercicio del autor no impide que la obra sostenga el pulso progresivamente. El texto del estadounidense A. R. Gurney transfiere encanto, cierta ironía y emotividad que alcanza su cénit poco antes de llegar a la meta. Esto no sería posible del todo si no fuera por la intervención de Julia Gutiérrez Caba y Miguel Rellán, dos pesos importantes de la escena española. Sentados, sin ir a ninguna parte pero transitando por toda una vida, desde la niñez, con sus distintos lugares y algunos encuentros. Fundamentalmente, eso sí, una relación basada en la correspondencia, en el continuo intercambio de cartas con las cotidianas peripecias de ambos. Un bello e implícito homenaje a la palabra escrita y al género epistolar en lamentable desuso por el protagonismo de las nuevas tecnologías. Él confiesa que al comunicarse así ha ido descubriendo cosas de sí mismo que desconocía. Hombre de leyes con aspiraciones políticas, y ella, pintora. Se quieren, son cómplices, se apoyan a través de la escritura y se ven en momentos puntuales. Pero los espectadores eso no lo ven. Están cerca y lejos. En el espacio teatral, con cierto ambiente onírico de luces, cada uno se sitúa a un lado. Y el juego consiste en leer algunas líneas de esas cartas enviadas al otro personaje y en las respuestas más o menos breves, estableciéndose un diálogo como si casi estuvieran charlando cara a cara. Los dos veteranos actores manejan muy bien el arte de la expresión verbal y matizan e interpretan perfectamente con sus tonos de sinceridad y frescura. Da gusto verles y oírles aunque no se muevan de su sitio. La relación a distancia evoluciona. Los dos se casan por separado, tienen hijos y ella se divorcia. Sufre problemas de alcoholismo y lo que esa adicción significa. La deliberada reiteración del único y prolongado pasaje de Cartas de amor (1989) no es un obstáculo, y los numerosos espectadores del coliseo entraron con facilidad en la sencilla y meritoria representación que ha dirigido David Serrano, responsable de la versión. Los deseos, las frustraciones, la soledad, el paso del tiempo y sus consecuencias son ingredientes que siempre estimulan los sentimientos de cualquier público.
