El Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil Albert acaba de publicar una investigación de los historiadores Francisco Moreno Sáez (Alicante, 1942) y Juan Martínez Leal (Elche, 1951), titulado Dictadura, desarrollismo y cultura. La provincia de Alicante en los sesenta. Una excelente investigación de dos historiadores con mucho oficio. Como, además, el franquismo está todavía por estudiar, este libro aborda por primera vez cuestiones de las que no sabíamos prácticamente nada, por lo que resulta de lectura obligatoria.

Las cifras de la década son impresionantes: la población ilicitana pasó de 71.320 habitantes en 1960 a 122.663 en 1970, con un crecimiento del 67,3 %, el más alto de la provincia. El valor de la producción de calzado de la provincia pasó de 1.708 millones en 1960 a nada menos que 32.286 millones en 1973, con mano de obra femenina peor pagada dentro y fuera de las fábricas y con trabajo infantil, entre los 10 y 14 años, con jornadas de nueve a once horas, seis días a la semana. Igualmente, el número de viviendas pasó de 18.656 en 1960 a 39.297 en 1970, aunque no desaparecieran las chabolas y creciera un chabolismo vertical ?edificios de cuatro plantas para evitar el ascensor-. El aeropuerto de El Altet también tuvo un crecimiento enorme y pasó por los mismos años de 8.230 a 825.995 pasajeros.

Pero la investigación de los profesores Moreno y Martínez Leal aborda también cuestiones tan relevantes como la intoxicación del calzado que se produjo entre los meses de julio y agosto de 1959, con la muerte de cinco jóvenes trabajadores ?entre 26 y 34 años- de FACASA ( Manuel Quinto Royo, María Mora Esclapez, Josefa Guirau Gil, Eva Rubio Soler y Elena Castelló Botella). La causa de la muerte fue por intoxicación del benzol, al introducirse en las colas como disolvente en el pegado de suelas, sustituyendo al cosido tradicional. Con muchos más enfermos de distinta gravedad y un clima de auténtico pánico, todo ello con el silencio de los medios de comunicación y de las autoridades locales. La gente llegó a tener miedo de compartir el autobús con trabajadores de FACASA o de otras grandes fábricas afectadas (Incasa, La Zapatillera, Vicente Pérez Sánchez, Samper S.A., Ginés García Vulcanizados, Vulcanizados Cantabria o Ripoll Hermanos). Vale la pena leer tanto los informes médicos de los equipos que vinieron de Madrid, como el resultado del sumario abierto contra siete dirigentes de la empresa y el más que previsible carpetazo final.

Aunque en 1963 se aseguraba en la prensa que Elche había resuelto el problema escolar con unos 4.000 niños y niñas escolarizados en las Graduadas y en los grupos escolares de Carrús, Ferrández Cruz y Virgen de la Asunción, todavía había más de 1.000 niños sin escolarizar solo en el barrio del Toscar. En noviembre de 1968 se llegó a anunciar la creación de más de 200 escuelas con más de 10.000 plazas.

Muy interesante resulta comprobar cómo no llegó a haber ningún franquista ilicitano que ocupara algún lugar relevante fuera de los límites del término municipal. Alcaldes que fueron vicepresidentes de la Diputación como José Ferrández Cruz o Luis Chorro y Juan, un procurador ? Francisco Oliver Quirant- para aquellas Cortes que servían para aplaudir al dictador y poquito más. Ni consejeros nacionales del Movimiento, ni cargos relevantes en la Sección Femenina o en la OJE, ni nada de nada.

En cambio, la investigación sí permite contemplar la importancia de Elche en la oposición al franquismo a lo largo de la década y el trabajo de represión policial cada año con los primeros de mayo y las frecuentes detenciones. El libro analiza el trabajo de organizaciones como la HOAC, la JOC, el PCE, el PSOE, el PCE m-l y dirigentes tan relevantes como Justo Linde, Manuel Arabid, Juan Vives García o José Avilés, entre otros muchos.

La cultura también es objeto de estudio en unos años especialmente creativos para el teatro con grupos como La Carátula (1964), El Club Amigos del Teatro de Elche (1965), el grupo Talía (1966), La Farsa (1968) o el grupo TAM de la Academia Mercantil (1969). En el ámbito de las artes el Grup d´Elx (1966) o colectivos culturales tan significativos como el Club de Amigos de la Unesco (1969).

Un libro, pues, muy recomendable, porque el franquismo lo que tiene de cutre lo tiene también de entretenido. Las perlas que se pueden encontrar no caben aquí, pero regalaremos dos para terminar. Un titular de 1964 de La Verdad decía así: "Aumenta la imbecilidad: Doscientas muchachas desmayadas ayer al ver a los Beatles". Y otro del mismo año en INFORMACIÓN, al glosar que Carmen Polo había recibido de la Diputación Provincial de Alicante nada menos que el «Almendro en Flor». Y encima lo explicaron: «Cuando el frío azota las tierras de este hemisferio, nuestra provincia (?) se honra con la presencia de la Primera Dama Española, cuya llegada se ha visto adornada con el florecer de nuestros almendros». Pura poesía.