¿Qué es necesario para promocionar a un artista tan conocido en Alicante como Emilio Varela? Ya se ha apuntado que se está alicantinizando a Varela, es decir no salimos de lo local, y es verdad. Varela es uno de los artistas más expuestos en esta ciudad, algo de lo que yo he sido tenaz defensor. Pero la cuestión es otra. No basta con exponerlo otra vez más en nuestra salas, ¡no!, hay que sacarlo de nuestro ámbito, exportarlo a las ciudades importantes, Madrid, Barcelona, con una crítica y museos que puedan relacionarlo con la historia del arte. Por lo que evitar València, pues ya se sabe cómo tratan allí lo alicantino, no tendría apenas cobertura ni repercusión.

Pero, ¿qué es lo que hay que hacer verdaderamente para que la obra de Varela sea reconocida a nivel, como mínimo, nacional?, pues, eso, nacionalizarla y si se puede, que sí se puede, internacionalizarla, lo que es ya una obligación si queremos poner realmente en valor nuestro patrimonio artístico más universal. Ese es el verdadero y único trabajo que hay que hacer. Ese es el proyecto que puede poner a Varela en el lugar que se merece. Pero, ¡cuidado!, ante una posible muestra de la obra de Varela fuera de nuestras fronteras, hay que contemplar que la selección de sus obras es esencial. Únicamente con las obras de Diputación, aún siendo algunas muy buenas, otras no tanto, sería insuficiente, se requieren las obras fundamentales, por su compromiso y modernidad, aquellas que impactan desde la primera mirada. Ante un proyecto de esas características hay que cuidar, muy mucho, con tino y sabiduría, esa selección: obligación y conocimientos que son implícitos en la labor del comisariado. Sin duda deben figurar determinadas obras que están en manos de coleccionistas particulares y de otras instituciones. Solo con una lectura rigurosa de su pintura será posible mostrar la verdadera calidad de este pintor, en las mejores condiciones.

El objetivo es conseguir imponer, por méritos propios, una presencia de Emilio Varela en la mejores salas y museos del mundo, Madrid, París?, para así poder competir con sus coetáneos. La historiografía de este país tiene una deuda pendiente con Emilio Varela, uno de los artistas de mayor intensidad e independencia en la investigación pictórica de la primera mitad del siglo XX, que puede aportar las claves de la evolución de esta manifestación artística en nuestro país y en la pintura europea. Ese circuito fuera de nuestras fronteras provinciales es necesario para dar a conocer a un artista que ha sido ignorado por su ubicación en una capital de provincias, pero de un valor que supera a muchos de sus contemporáneos, hoy ampliamente considerados. En este mundo globalizado, donde las distancias ya no existen, Alicante debería despojarse de sus prejuicios provincianos y asumir su responsabilidad en el diálogo de la cultura en este siglo XXI.