La llegada de Pacheta al banquillo del Elche ha significado una auténtica bocanada de aire fresco dentro del vestuario franjiverde. Se nota en los entrenamientos, en el trabajo diario, en cada movimiento de puertas para adentro del estadio Martínez Valero, que algo ha cambiado. Parece que las declaraciones de Josico Moreno han escocido y se quiere demostrar que esta plantilla merece la pena. La alegría se ha contagiado en el grupo, los entrenamientos, aunque muy intensos, resultan incluso divertidos, aunque también es cierto que como decía aquel filósofo futbolístico: «¡Qué bonito sería el fútbol si no hubiera domingos!». Ese día hay que plasmar todo lo trabajado de antemano y si se cumple aquella premisa que dice que se juega como se entrena, el triunfo ante el Llagostera está más cerca. Ese debe ser el punto de arranque de un final de campaña en el que el único objetivo que vale es volver a Segunda División y este grupo tienen potencial para conseguirlo si es capaz de remar en la dirección adecuada. Los jugadores son conscientes de que ellos, son los que tienen que sacar las castañas del fuego y a los que se les rendirá cuentas de hoy en adelante. El foco les apunta después de la marcha de dos entrenadores como Vicente Mir y Josico, que por diversos motivos no han logrado sus sueños en el Elche. Aunque, también convendría reconocerles a muchos de los futbolistas el hecho de que se plantaran delante del director Jorge Cordero y le dejaran bien claro que con el preparador de Hellín no se llegaba a ninguna parte. En esta ocasion no se lavaron las manos y es de agradecer su valentía para dar la cara. Si esto hubiera ocurrido la pasada campaña con Toril (Algunos fueron pero el entonces director deportivo «Chuti» Molina hizo caso omiso) quizás el Elche estaría en Segunda División.
Pacheta está pidiendo a los jugadores que sean competitivos y ellos deben saber que por encima de tácticas hay que salir todos los partidos como si fuera el último. Quedan once de liga regular y hay que ir sumando de tres en tres hasta el final para llegar al play off al nivel más alto de la temporada. Frente al Llagostera hay que sacar las uñas, los dientes y saltar al campo con sangre en los ojos. El equipo no se puede parar durante los 90 minutos de juego, consciente de que si se para el rival lo matará. Si este equipo va a tope es difícil de ganarle ya que cuenta con futbolistas de mucha calidad. Es la hora de los jugadores.
