Revolución con artrosis

Gracias al orden establecido con el beneplácito de la mayoría, la sociedad deshumanizada sigue su curso. Cuenta más el interés económico que la persona, convertida en mercancía fácil, en manos de quienes ostentan alguna forma de poder, y en vehículo de puro y simple consumo. Sobra lo que no produce. Cuestiones que asoman en la tragicomedia Espacio disponible, a través del matrimonio de jubilados. Cosechó el premio del público al mejor espectáculo de sala en la Feria de Teatro de Castilla y León 2016, y ha conseguido una notable ovación en el Arniches de Alicante. Dos actores murcianos, Celia Nadal y Javier Manzanera, con la compañía fundada en 2009, Perigallo Teatro, que reside en Piedralaves (Ávila), han escrito el texto que ha dirigido delicadamente Antonio C. Guijosa. Ambos esperan la visita de su hijo, un cooperante expatriado que pretende llevárselos a vivir con él, y durante una noche salta el conflicto sobre la realidad de mucha gente mayor. La vida en común y la soledad. La casa propia como refugio deseado, aunque también un modo de aislamiento y la necesidad de huir, anhelo que enlaza con la situación de los refugiados e inmigrantes. Fluyen el intercambio verbal, la complicidad, el ligero choque, los altibajos escénicos y las mínimas acciones para darle cierta movilidad a las escenas costumbristas, con expresiones directas como las relacionadas con el Fondo Monetario Internacional, y de corte poético en alguna ocasión especialmente. La sencillez de esta obra desprende jovialidad, un toque entrañable y drama contenido en medio de la deshumanización social y política. Así, Nadal y Manzanera humanizan los papeles, con sus estados anímicos, y seducen a los espectadores. No tienen la edad de los personajes pero son seres humanos por encima de eso. Hay problemáticas que afectan a todos. La clase depredadora y los depredados. Y gobernantes y élites consolidan la ley del embudo en pro de sus intereses. Ahora que batallan en las calles los pensionistas, la pareja habla (solo habla) de hacer la revolución con artrosis. De irse a la luna. Suena «Fly me to the moon (in other words)», cantada por Sinatra, y un beso pone el punto final.