Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Joaquín Rábago

El futuro del dinero digital

Algunos gobiernos, como los de Estonia y Suecia, pero también el ruso y el chino, están pensando ya seriamente en ello, y el economista de Harvard Kenneth Rogoff cree que no tardará en llegar.

Los europeos podrán, según él, disponer en un futuro de cuentas en criptomonedas directamente en el Banco Central Europeo, incluso en cantidades relativamente pequeñas.

El Banco de Pagos Internacionales, considerado el banco de los bancos centrales, señala en su informe trimestral que antes o después los bancos emisores tendrán que plantearse esa posibilidad.

Y, en lugar de tener una cuenta en un banco comercial como hasta ahora, los ahorradores operarían directamente con el banco central de sus países respectivos.

De esa forma, quienes desconfían actualmente de los comerciales podrían llevar su dinero a un banco central, opina Ingo Fiedler, experto en dinero virtual de la Universidad de Hamburgo.

Hay países como Suecia, donde la gente casi ya no usa el papel o la moneda para pagar sino sólo tarjetas de crédito. Allí muchos comercios no aceptan el pago en efectivo y algunas sucursales bancarias tampoco ofrecen servicios de ese tipo.

Dada la tendencia que ya se vislumbra, Rogoff recomienda en declaraciones al semanario Der Spiegel la adopción de reglas generales para el uso de futuras criptomonedas.

Japón es una muestra, dice Rogoff, de lo que puede ocurrir cuando un país decide actuar por su cuenta en lugar de coordinarse con otros.

El país asiático se equivocó al reconocer oficialmente la más famosa de esas monedas, el bitcoin, casi como medio público de pago. Su gobierno creyó que si se registraban las transacciones en esa moneda, se resolvería el problema del blanqueo.

"Pero sólo es transparente quien termina pagando en esa moneda pero no si, por ejemplo, antes la ha introducido un cártel de la droga en el país. Japón se ha convertido posiblemente en un centro de blanquero de dinero", señala Rogoff.

Lo malo, según el economista, es que cada país quiere actualmente seguir su propio camino. Por ejemplo, China ve en el dinero digital la forma de reemplazar al dólar como moneda de reserva.

"Eso llevaría a un desplazamiento de los centros de poder. De ahí que la Reserva Federal (estadounidense) estudie ya la viabilidad de un dólar digital. Estaría loca si no lo hiciera", explica.

Rogoff considera que la compleja tecnología que hay detrás de las criptomonedas, conocida como "cadena de bloques", tiene en cualquier caso "un potencial enorme".

Su empleo haría "superfluas muchas funciones de intermediación, no sólo en los pagos, sino también en toda suerte de contratos"

Sin embargo, añade, se equivocan los "predicadores de la "comunidad del bitcoin" si creen que con las criptomonedas lograrán burlar la actual soberanía estatal sobre el sistema monetario.

"Los gobiernos crean las reglas y no dejarán que se les escape el control que ahora tienen sobre los medios de pago y la política monetaria", advierte.

Si, por ejemplo, a Amazon se le ocurriese crear dinero digital para que los clientes pudieran utilizarlo en sus plataformas, el Gobierno estadounidense reclamaría a la empresa los datos de esas transacciones.

Pero el dinero digital podría entrañar también riesgos: así, en el caso de una nueva crisis, los ahorradores tendrían dificultades para sacar su dinero del banco y guardarlo, por ejemplo, en casa.

Y hay otro riesgo aún mayor para el ciudadano sobre todo en los países con regímenes autoritarios y los que van por ese camino ya que las autoridades sabrían todo sobre sus movimientos.

A lo que se suman los problemas relacionados con la ciberdelincuencia, como demuestra el reciente robo en Japón de la plataforma digital Coincheck del equivalente de casi 430 millones de euros de una de esas criptomonedas: la llamada NEM.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats