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Esbozo ornitológico del BCE

La posición de De Guindos tras su elección para el eurobanco

La cercana incorporación del aún ministro Luis de Guindos a la cúpula ejecutiva del Banco Central Europeo (BCE) en calidad de vicepresidente es uno de los hitos de un proceso de renovación que alcanzará su cénit en 2019 con la elección del sucesor del italiano Mario Draghi, presidente y referencia del sector que, sobre todo desde 2015, ha prevalecido en las decisiones del consejo de gobierno de la institución. Este último órgano está formado por los seis miembros del comité ejecutivo y por los gobernadores de los bancos centrales de los 19 países de la zona euro. Son los hombres (23) y mujeres (sólo dos) encargados de formular la política monetaria, cuyos efectos se transmiten a los mercados y a la economía real (familias y empresas) a través de los tipos de interés (el coste del crédito y la remuneración de los depósitos), los tipos de cambio (capitales en el comercio exterior) y los precios y las expectativas que mueven a los inversores en acciones o bonos.

Pues bien, esas 25 personas están divididas en bandos según profesen unas u otras creencias de política monetaria (revestidas de fundamentos técnicos, aunque también con poso ideológico). Con arreglo a la metáfora ornitológica habitual en los bancos centrales, los bandos son de halcones y palomas.

Se considera palomas a los miembros proclives a la heterodoxia y a utilizar el llamado "armamento no convencional" (expansión del dinero en circulación a través de la compra masiva de títulos de deuda de los países) para impulsar la economía en los períodos de crisis. Tal política, aplicada por el BCE desde 2015, contribuye a la recuperación del crecimiento y alivia las penurias de los agentes económicos muy endeudados, aunque tiene efectos secundarios (riesgos de engendrar inflación alta, de burbujas especulativas...). Draghi es la cabeza visible del bando de las palomas, del que forman parte sobre todo gobernadores de los bancos nacionales de los países del Sur (España, Italia, Grecia...)

Halcones son aquellos otros que, por resumir, no creen en los poderes curativos de lo que llaman "dinero fácil" y consideran que sólo con "reformas estructurales" (generalmente impopulares, como la reforma laboral española) se logra un crecimiento perdurable de la economía y del empleo. El halcón de referencia del BCE es Jens Weidmann, presidente del Bundesbank alemán. Con él están los banqueros centrales de Holanda, Finlandia y otros del Norte, así como al menos dos de los miembros del comité ejecutivo. Entre palomas y halcones hay un sector digamos que centrista cuya inclinación por las posiciones de Draghi ha sido determinante en este tiempo.

¿Dónde anidará De Guindos? En sus primeras manifestaciones ha volado en círculos. Ha dicho que "la política monetaria debe acomodarse a la recuperación" (en línea con Draghi), pero también que las "las medidas extraordinarias eran para tiempos extraordinarios en circunstancias extraordinarias". Esto suena a guiño a Weidmann, el halcón que aspira a suceder a la paloma Draghi en 2019 con el apoyo, entre otros, del, digamos por ahora, centrista De Guindos. Quien, por cierto, obtuvo la silla de Francfourt con el aval de Berlín (nido de halcones), pero también con el de Grecia (nido de palomas). El responsable de finanzas heleno, el marxista Tskaloto, apoyó a De Guindos el mismo día en que, en Madrid, Podemos tachaba al ministro español de "empleado de los fondos buitre". Otra especie financiero-ornitológica.

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