El escándalo de la ONG británica Oxfam que ha saltado a la palestra en los últimos días, me ha hecho tener varias reflexiones que querría compartir con ustedes. En primer lugar, es fácil poder cargarse el prestigio de cualquiera hoy en día, porque los medios de comunicación y sobre todo las redes sociales se han convertido últimamente en una especie de ventilador gigante, que es capaz de difundir cualquier verdad, e incluso cualquier infundio, a los confines de la galaxia en cuestión de minutos. Basta con saber cómo hacerlo y muchos saben cómo, que para eso están los cursos de community manager a disposición de cualquiera. Por otra parte, no sabemos con certeza casi nunca qué es verdad ni qué es mentira de la información que nos es suministrada, dado que el rigor que antaño era una de las reglas de oro no escritas de la comunicación ha dado paso a otra cosa diferente. Ya no importa tanto que la noticia sea o no cierta, sino que con la mera apariencia de veracidad es bastante, por lo que parece. Y una vez que la noticia se ha lanzado échele usted un galgo para ver dónde acaba, cómo se ha explicado o con qué intención. Si perjudica a alguien inocente e indefenso con ello de paso parece ser que no importa mucho. Es otra más de las facetas del consumismo exacerbado del que somos presas todos en la sociedad occidental. Y cualquier mentecato con un dominio medio de las redes es capaz de montar un follón de padre y muy señor mío dándole, con aparente inocencia, a las teclas y creyéndose que es un Paco Umbral cualquiera y lanzar al infinito que no desaparece nunca del historial de ignominia unas líneas que trituren a cualquiera en su lecho de muerte, un torero cogido por un toro o incluso a un niño de cuerpo presente. Los políticos, no digamos, son, sin duda, un cebo de lo más suculento para cualquiera, palabra. Es un recurso de los de fondo de armario, para cuando no hay nada más interesante de lo que hablar, porque siempre ofrecen chicha a la que agarrarse. Motivos dan, por otra parte, no se puede negar.

Y toda esta retahíla sólo venía a cuento de que el acusado de Oxfam por conducta deshonesta, que está llevando a que miles de socios de la entidad se den de baja de la misma, ha salido a la palestra negando los hechos y diciendo que ha sido atacado por tener una relación de pareja con una nativa. Igual hasta tiene razón, pero ya a nadie le importa y el daño está hecho.